Un estudio de la UCA muestra el impacto global de los plásticos agrícolas en el océano
Residuos como restos de redes y cubiertas de invernaderos pueden llegar al mar desde tierras de cultivo a más de 100 kilómetros
Carmen Morales: "El océano es tremendamente resiliente pero sufre amenazas impresionantes"
Aunque el foco mediático suele centrarse en los residuos urbanos y pesqueros, una nueva investigación llevada a cabo desde la Universidad de Cádiz y publicada en iScience revela que la agricultura intensiva es una fuente significativa y a menudo ignorada de contaminación plástica en los océanos. Al fin y al cabo, la agricultura es responsable del 33% del uso de la tierra, disponiendo de entorno a 12.4 millones de toneladas métricas de plástico al año, con China y áreas del Mediterráneo, Norte de África y Oriente Medio liderando las cifras. No hay caso: dadas su ligereza, facilidad de manejo, precio, una instalación y manejo simples, resistencia y durabilidad, no extraña que el plástico haya triunfado como aliado agrícola.
En este sentido, el estudio de la UCA -liderado por la investigadora y Medalla de Andalucía, Carmen Morales Caselles- ofrece la primera evidencia empírica de cómo los residuos plásticos agrícolas, como mantillos, redes y fragmentos de cubiertas de invernadero, llegan al mar desde zonas de cultivo, incluso a más de 100 kilómetros de distancia. “La agricultura -afirma Morales Caselles- tiene una importante proyección de crecimiento en todo el mundo, y debemos asegurarnos de que sea sostenible”.
La iniciativa -realizada desde la Universidad de Cádiz gracias a los datos obtenidos por la asociación ECOPUERTOS con la colaboración voluntaria de pescadores artesanales, buceadores y limpiadores de la costa- muestra tres evidencias principales. En primer lugar, el papel que juegan los cauces secos de los ríos (ramblas), que actúan como trampas temporales de plásticos agrícolas, que luego se liberan masivamente durante episodios de lluvias intensas. En segundo lugar, el protagonismo de la lluvia como principal motor de transporte de estos plásticos desde tierra firme hasta el mar; y, por último, el riesgo de fugas de plástico que se da en el Mediterráneo, cuya costa está cubierta hasta en un 38% por tierras agrícolas.
“La combinación de actividad agrícola costera, regadío, lluvia intensa y mala gestión de residuos aumenta el riesgo de fuga de plásticos agrícolas” afirma al respecto la investigadora. Así, a pesar de la existencia de sistemas de gestión de residuos agrícolas en algunos países europeos, el estudio detectó deficiencias estructurales importantes en su funcionamiento. Esto podría hacer que esta situación se repita en otras regiones del mundo de forma preocupante.
UN TIPO DE CONTAMINACIÓN IGNORADO HASTA EL MOMENTO
A partir de los datos obtenidos, señalan los investigadores, se hace necesario la puesta en acción de medidas urgentes y adaptadas. Entre ellas, la reducción de plásticos no esenciales en la agricultura; el uso de alternativas sostenibles; la introducción de sistemas eficaces de responsabilidad, así como de mecanismos de cumplimiento y monitoreo; y la puesta en marcha de campañas de educación y concienciación en el sector agrícola.
El estudio Agricultural Plastics as Marine Pollutants: Empirical Evidence from Inland and Coastal Field Surveys también llama la atención sobre la necesidad de caracterizar correctamente los residuos agrícolas, que a menudo se confunden con aparejos de pesca en los registros de basura marina.
Finalmente, el texto advierte de que la contaminación agrícola ha sido en gran parte ignorada tanto en los programas de monitoreo como en las negociaciones internacionales del futuro Tratado Global sobre Plásticos, por lo que, si no se incorpora de forma explícita la afección de los plásticos procedentes de la agricultura en el medio marino, su efectividad podría verse gravemente comprometida.
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