Detienen a un histórico narco francés que planeaba asaltar una guardería de droga en Sanlúcar
La Policía Nacional ha apresado esta semana en Málaga a un histórico delincuente francés, pionero en robar droga a otras bandas, que planeaba un golpe en la provincia de Cádiz
Guadalquivir: El río de la coca

La batalla contra el narcotráfico que se libra en el sur de España tiene varios frentes y muchos combatientes. La lucha más cruenta se extiende de la Costa del Sol al Bajo Guadalquivir, pero en este escenario, donde la fuerza de poderosas placas tectónicas chocando entre sí provoca periódicos seismos con víctimas mortales, no se puede desdeñar una forma de violencia casi vicaria en la que bandas rivales no dudan en atacarse unas a otras para robarse los alijos. Son los conocidos como vuelcos, todo un clásico en estas latitudes que, como todo en la vida, también tuvieron un génesis.
Esta especie de Guerra Civil del narco la inició en el principio de los tiempos un histórico criminal francés asentado en la provincia de Málaga desde hace décadas, pionero en los robos violentos de drogas a otras organizaciones criminales, y que esta semana ha sido detenido en una operación llevada a cabo por la Policía Nacional costasoleña, evitando, de paso, el asalto a una guardería de droga en Sanlúcar de Barrameda que iba a ser su próximo golpe maestro.
La investigación se desarrolló en tres fases y se inició en noviembre de 2023 cuando el empleado de una empresa de paquetería denunció haber sido víctima de un robo a punta de pistola. La Policía comprobó que había una banda que utilizaba envíos de electrodomésticos para pasar decenas de kilos de marihuana hasta Centroeuropa. La escondían sobre todo en termos eléctricos que balizaban con dispositivos GPS para tener en todo momento la mercancía controlada.
De forma paralela, los agentes pudieron identificar a los autores del asalto que dio inicio a la investigación y detectar los vehículos que habían empleado durante el mismo, lo que confirmó sus sospechas de que eran integrantes de una organización criminal especializada en vuelcos para robar grandes cantidades de sustancias estupefacientes a bandas rivales por toda el sur peninsular.
Fue así como los agentes llegaron hasta este ciudadano francés considerado el creador de los vuelcos y se pudo evitar su próxima operación en Sanlúcar, deteniendo a tres personas en el momento en el que se encontraban preparando el armamento en Benalmádena para realizar el asalto. En ese instante los agentes intervinieron un arma de fuego automática con silenciador, una escopeta, abundante munición, chalecos antibalas, pelucas y bridas entre otros efectos, además de una furgoneta preparada para sus planes. Tras esta acción policial los agentes llevaron a cabo dos registros en los que intervinieron dispositivos telefónicos y de geolocalización.
Con la información recopilada durante la investigación, se llevó a cabo una tercera fase en la que se arrestó a otros cuatro integrantes de la organización y se practicaron cuatro registros en Fuengirola y Mijas, así como un quinto en un contenedor trastero de Málaga. Durante esta fase de la investigación se intervinieron alrededor de 400 cartuchos —70 de ellos de guerra—, un rifle, 11 drones de vigilancia y transporte con gafas para su manejo, una impresora 3D con la que fabricaban piezas para los drones, material informático, placas de matrículas falsas, 35.000 euros en metálico y otros efectos pendientes de análisis.
El aumento de la violencia
Buena parte de culpa del aumento de la violencia del narcotráfico en el Bajo Guadalquivir y en la provincia de Cádiz en general la tienen precisamente los vuelcos. Algunas de estas bandas de paleros llegan a disfrazarse de agentes de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, lo que provoca, en muchos casos, que ante operaciones legales autorizadas por un juez sean recibidos a tiros ante la sospecha de que pueden estar siendo asaltados por compañeros de armas con pocos escrúpulos.
Según informes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional, se han registrado múltiples casos de secuestros, torturas y asesinatos relacionados con estos robos. En agosto de 2018, una persona denunció en Jerez haber sido retenida y agredida por un grupo especializado en vuelcos, que utilizaba armas de fuego y blancas para intimidar a sus víctimas. Los detenidos contaban con antecedentes y empleaban tecnología avanzada para seguir y emboscar a sus objetivos.
El modus operandi de estas bandas es tan sofisticado como despiadado. Utilizan vehículos de alta gama, sistemas de geolocalización y no dudan en abrir fuego. En la operación Snap-At, la Guardia Civil desarticuló dos organizaciones rivales que protagonizaron un tiroteo tras el robo de una partida de hachís. Se incautaron armas de fuego, dinero en efectivo y uniformes policiales falsos, evidenciando el nivel de preparación y la peligrosidad de estos grupos.
La tortura y los secuestros son el punto más cruel de un fenómeno que sigue tan vigente como el primer día. Cuando a un francés se le ocurrió robar a los colegas.
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