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Juan Carlos Ruiz Boix | Presidente de la Diputación de Cádiz y secretario provincial del PSOE

"Estoy convencido de que tendré la colaboración de todos los diputados del Grupo Socialista"

  • El nuevo presidente de la Diputación no cree que genere recelos entre los diputados 'irenistas' o en el vicepresidente Román y apuesta por que su gobierno "vaya a la mayor velocidad posible"

  • "Sí, este gobierno necesita 20 asesores porque son la imagen de la Diputación en las seis comarcas de la provincia"

Ruiz Boix posa antes de la entrevista en la hemeroteca de Diario de Cádiz.

Ruiz Boix posa antes de la entrevista en la hemeroteca de Diario de Cádiz. / Julio González

En apenas seis meses el alcalde de San Roque, Juan Carlos Ruiz Boix, ha cumplido su doble sueño de ser el secretario provincial del PSOE y el presidente de la Diputación de Cádiz, relevando en ambos casos a Irene García. Esta semana ha sido la de su aterrizaje al frente de una institución provincial de la que forma parte como diputado desde 2015.

–¿Cuáles son sus primeras sensaciones tras el aterrizaje en la Presidencia de la Diputación?

–Eso, estamos aterrizando. La verdad es que no tiene nada que ver la Presidencia con ser diputado. Eso ya me pasó en San Roque cuando pasé de concejal a alcalde. Llevo siete años como diputado provincial y hay una distancia enorme con ser presidente.

–¿Ha pensado ya cómo se va a organizar para llevar la Alcaldía de San Roque, la Presidencia de la Diputación y la secretaría general del PSOE de Cádiz?

–Pues haciendo equipo, reforzándolo y sabiendo repartir juego. Y confiando en que tengo personas preparadas y muy capacitadas a mi alrededor, tanto en el Ayuntamiento, como en la Diputación y en el partido. En lo personal, pues tendré que hacer encaje de bolillos, con presencia todos los días en San Roque, ya sea por la mañana o por la tarde, y estando en la Diputación varios días a la semana. Y sin olvidar mis visitas a los municipios de la provincia, que entiendo que es una oportunidad pero también una exigencia que da la Presidencia de la Diputación.

–Puede usted dar ruedas de prensa y/o presidir plenos en su coche oficial, mientras va de San Roque a Cádiz o viceversa...

–(Risas) Pues mire, en el coche es donde más se trabaja porque es donde uno va solo. Hay veces que en el trayecto ni hablo con el chófer porque tengo que mantener una conversación tras otra a través del móvil. Por eso, cuando alguna vez escucho críticas sobre el uso del coche oficial o del móvil, me sonrío porque tengo clarísimo que son dos herramientas de trabajo imprescindibles.

–Usted es consciente de que entre los 14 diputados provinciales del Grupo Socialista hay varios, por no decir muchos, a los que no les ha gustado el relevo en la Presidencia, porque eran muy de Irene García. ¿Qué tal le han recibido? ¿Teme que no le sean leales?

–En el PSOE el tema de las primarias hace que estemos educados ya en estas situaciones. Cuando se realiza un proceso orgánico surgen tensiones, como ha sucedido también en esta provincia hace unos meses. Pero luego todo acaba y para mí esas tensiones están ya cerradas y cicatrizadas. Yo cuento con los 14 diputados socialistas y estoy convencido de que voy a tener la colaboración de todos ellos sin excepción.

–Ha decidido usted que todos los diputados mantengan las mismas áreas de gobierno que les dio Irene García hace tres años. ¿Por qué no ha querido hacer variaciones?

–Porque a menos de un año de unas nuevas elecciones municipales creía que no iba a ser necesario. Le pregunté a los diputados si alguno se sentía incómodo con sus áreas y me dijeron todos que no. La idea es que el gobierno provincial navegue a la mayor velocidad posible.

–¿Pero temía que haciendo cambios podrían surgir más recelos en el Grupo Socialista?

–No, no es por eso. Es que hay actuaciones muy importantes que se llevan a cabo en determinadas delegaciones y los diputados que están al cargo son los que mejor conocen las gestiones que hay que hacer. Y cambiar todo eso con las elecciones municipales ya en el horizonte, podía ser contraproducente.

–Ha señalado usted públicamente a quienes van a ser sus personas de confianza en el gobierno provincial y que son Carmen Collado (nueva vicepresidenta tercera), Javier Pizarro (vicepresidente cuarto) y Ana Carrera, que pasa a ser portavoz del Grupo Socialista. ¿No es eso ningunear al alcalde de Chiclana, José María Román, que va a continuar como vicepresidente primero?

–Lo que he pretendido con estos nombramientos es que la dirección provincial del partido tenga traslación al gobierno de la Diputación, que todo vaya acompasado. Por ejemplo, la vicepresidencia de Carmen Collado es un reconocimiento a Jerez y a su alcaldesa, Mamen Sánchez, que es tabién la presidenta provincial del partido y que es una persona con una amplísima trayectoria política, por sus 12 años como diputada nacional y por su gestión ejemplar como alcaldesa en el municipio más habitado de la provincia. Dicho esto, en este partido hay muchas sensibilidades y para garantizar los equilibrios tenemos que contar con José María Román. Su vicepresidencia es muy importante y está haciendo una muy buena gestión en materia turística, como reconoce el propio sector.

–Pero, ¿cómo es la relación entre ustedes?

–Tenemos una buena relación. Las personas que hablan directamente y con franqueza siempre nos entendemos. Debatir entre nosotros no es un problema.

–Hubo dirigentes en su partido que veían opciones de que fuera José María Román, en su calidad de vicepresidente primero, quien relevara a Irene García en la Presidencia de la Diputación. ¿Temió usted por ello?

–En nuestro partido hay una educación histórica según la cual el secretario general del PSOE federal tiene la oportunidad de optar a la Presidencia del Gobierno, los secretarios generales en las comunidades autónomas tienen la opción de optar a sus presidencias autonómicas y a cada secretario provincial le correspondería, si quiere, optar a la Presidencia de la Diputación de su provincia. Otra cosa es que ese dirigente en cuestión no quiera asumir esa responsabilidad. Pero en mi caso yo sí tenía interés por ser el presidente y no había ningún problema.

–¿Qué ha sido, a su juicio, lo mejor y lo peor de la gestión de Irene García al frente de la Diputación?

–Creo que lo mejor han sido los consejos de alcaldes. La oportunidad de compartir con los alcaldes y alcaldesas cómo va la Diputación, a qué hay que dedicar los fondos, o impulsar políticas activas de empleo. Todo eso ha sido esencial y algo muy bien valorado en los municipios. En cuanto a las mejoras que se pueden hacer o las carencias que yo haya podido observar, son cuestiones internas que las he dicho donde debía hacerlo, que era dentro del gobierno. Ahora lo que tengo que hacer es no predicar tanto y ponerlas en marcha.

–Pero habrá algo en lo que usted querrá que se visualice su gestión como presidente, ¿no?

–Lo he dicho ya varias veces: este va a ser un gobierno continuista que debe mantener su apuesta clara por la generación de empleo, por la construcción de infraestructuras de acuerdo con los alcaldes y consolidando el estado del bienestar. Las cuestiones de mejora, que, insisto, serán matizaciones en busca de una mayor eficacia, las tenemos que dejar en el capítulo interno.

–¿La Diputación de Cádiz necesita tener 20 asesores?

–Sí, porque son cargos cuya finalidad es prestar el mejor servicio y ser la imagen de la Diputación en las seis comarcas. Cádiz es la octava provincia de España en población y la tercera de Andalucía, y yo invitaría a comparar el baremo de ese número de asesores con el de otras provincias. Ahí se verá que en Cádiz sí se necesitan esos 20 asesores. Aquellos que lo critican, sobre todo desde las filas del PP, podrían mirar algunas de las instituciones que presiden, donde han tenido ejemplos mucho más llamativos.

–¿Qué supone para usted ser el primer campogibraltareño en presidir la Diputación de Cádiz?

–Creo que es importante darle normalidad a ese hecho, al igual que lo de ser el primer campogibraltareño en dirgir el PSOE de Cádiz. En cualquier caso, lo que voy a intentar es que durante mi mandato no haya ningún argumento para pensar que el Campo de Gibraltar esté siendo discriminado por las políticas que se aplican en la Diputación, aunque evidentemente tampoco puedo favorecerlo. Voy a intentar tener un papel equilibrado en las seis comarcas gaditanas.

–¿Qué queda en el Campo de Gibraltar de aquel proyecto de la novena provincia que intentó impulsar en la Diputación de Cádiz Patricio González, ex alcalde andalucista de Algeciras, hace dos o tres décadas?

–Le voy a contestar con algo que sucedió en San Roque. Allí surgió el Partido por la Independencia del Valle de Guadiaro (PIVG), que llegó a tener hasta tres concejales. Argumentaba que desde Madrid se discriminaba a esa zona del municipio. Pero cuando el Gobierno se percató de la situación y entendió que tenía que ser más equitativo en sus acciones, ese partido se fue diluyendo. La novena provincia que planteó Patricio González tenía un montón de razones y también de obligaciones. Y eso hizo que la Administración respondiera creando la única Subdelegación del Gobierno de la Junta en una comarca, y una sección de la Audiencia Provincial en Algeciras, y una Oficina de Coordinación de la Administración General del Estado (AGE) en el Campo de Gibraltar, y un nuevo campus de la Universidad de Cádiz, y la construcción de la autovía Jerez-Los Barrios por parte de la Junta presidida por Manuel Chaves... Las discriminaciones que había en los años 90 se han ido corrigiendo, y eso hace que los campogibraltareños tengamos hoy mayor proximidad con el resto de la provincia de Cádiz.

–Sus socios en el gobierno de la Diputación, los del partido La Línea 100x100, plantearon algo parecido con el referéndum para ser una ciudad autónoma.

–Pero lo que proponían era un poco extraño porque querían ser una ciudad autónoma pero quedándose dentro de Andalucía. Yo creo que lo que quiso hacer mi socio Juan Franco era captar la atención sobre las dificultades que había en La Línea, y hoy el gobierno de la Diputación está apoyando y teniendo una capacidad inversora importante en ese municipio, y el Gobierno de España también tiene puesta mucha atención en los problemas de La Línea. Lo que falta es que la Junta cree ese Comisionado para el Campo de Gibraltar que Moreno Bonilla prometió en 2018 y del que no hemos visto nada aún. Ahí se tenían que fijar las políticas sociales, políticas de formación y políticas de empleo que tanto necesita ese municipio y que son competencia de la Junta de Andalucía.

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