Un barbateño, de aprendiz de fontanero en Ferraz a presidiario
Historias de Cádiz Herzegovina | Capítulo 38
Tomás Sánchez Pacheco aspiró a la Alcaldía de Barbate en 2007, fue expulsado del PSOE, reapareció apoyando a Pedro Sánchez en las primarias de 2017 y terminó en la cárcel y con varias condenas por estafas
Resurrección inesperada en Ferraz
Los discípulos barbateños de la bruja Lola

Pues resulta que no, que ya no es así. Hemos escuchado toda la vida que algo o alguien “desaparecía y volvía a aparecer como el Guadiana” porque, como estudiamos en el colegio, el río que nacía en las Lagunas de Ruidera y desembocaba en Ayamonte, se convertía en subterráneo a mitad de camino para reaparecer luego, varios kilómetros curso abajo, en el paraje llamado Los Ojos del Guadiana. Pero ahora resulta que no es así. O eso dicen algunos geólogos, que aseguran que ese resurgimiento no es del Guadiana en sí sino que es en realidad un enorme acuífero donde llegan aguas subterráneas procedentes de muchos puntos y no sólo de lo que siempre ha sido conocido como el Guadiana Alto o Guadiana Viejo y que ahora, de confirmarse que efectivamente se trata de otro río independiente, igual merecería tener un nombre diferente.
Quien no cambió de nombre pero sí resurgió como el Guadiana –o, de no poder usarse ya ese término, como el Ave Fénix–, fue Tomás Sánchez Pacheco, un hombre que hace 20 años se hizo un hueco en la política gaditana como líder del PSOE en Barbate y que luego, tras ser expulsado de su partido, reaparecería a lo grande en la sede de Ferraz, detrás de Pedro Sánchez tras la victoria de éste en las primarias que el Partido Socialista vivió en 2017.
Ahí estaba él, con mucho menos pelo y sin las gafas tan características que lucía cuando en el mandato 2003-2007 se convirtió en el gran azote del entonces alcalde de Barbate, Juan Manuel de Jesús (PP). Fue impactante porque nadie sabía nada de él desde hacía mucho tiempo, y de repente, en medio de la euforia desmedida del sanchismo tras haber derrotado a Susana Díaz en aquellas primarias, ahí estaba Tomás Sánchez Pacheco junto a Pedro Sánchez, Begoña Gómez, José Luis Ábalos, Santos Cerdán, Óscar Puente, Adriana Lastra, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, Zaida Cantera, Odón Elorza, etc.
Quién sabe, visto lo visto igual podía haber llegado más lejos, hasta fontanero de máximo nivel en Ferraz al estilo de Leire Díez, pero sus tejemanejes y su afán por conseguir dinero rápido acabaron pronto con su segunda vida política, tanto que tras ser denunciado en numerosas ocasiones por supuestas estafas que habría cometido por medio país, terminó siendo encarcelado en Barcelona a principios de 2022.
Licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Granada, Sánchez Pacheco sumaba muchos años de militancia en Juventudes Socialistas cuando en 2001, con apenas 24 años, relevaba a Francisco Tamayo como secretario local del PSOE barbateño tras derrotar en las urnas a otros dos candidatos. En 2003 no fue el candidato a la Alcaldía –la elegida fue Francisca Inés Domínguez Foncubierta– pero en ese mandato Sánchez Pacheco llevó la batuta socialista en la oposición como portavoz del PSOE.
Creía que esa ofensiva contra el alcalde del PP, con quien mantuvo un cruce de querellas interminables –e infructuosas–, le abriría el camino para ser la apuesta de su partido por la Alcaldía en 2007, pero su sueño se rompió cuando el secretario general del PSOE de Cádiz, Francisco González Cabaña, fichaba para ese cometido a Rafael Quirós, una elección que el tiempo demostraría que fue un acierto para el partido. Sánchez Pacheco no pudo disimular su enojo al sentirse marginado, aunque intentó consolarse colocando a sus afines en los puestos de privilegio de esa lista electoral. Pero ahí también fracasó, porque el PSOE terminó dándole libertad total a Quirós para que montara su equipo.

La reacción de Sánchez Pacheco fue desmedida: fundó un nuevo partido llamado Socialistas Independientes por Barbate (SIB) que, pese a sus amenazas, no concurrió a esas elecciones locales. Pero eso no fue óbice para que el PSOE le pusiera de patitas en la calle.
Tomás Sánchez Pacheco dejaba a un lado su carrera política y abría una nueva etapa como empresario. Pero el resultado no pudo ser más desalentador porque fue acumulando pufos y denuncias primero en Puerto Real como gerente de la UTE que gestionó el Complejo de Piscinas Municipales y luego en La Zubia (Granada), donde gestionó un gimnasio que no paró de acumular impagos.
Su huella desapareció de Barbate, de la provincia de Cádiz y de Andalucía. Y así fue durante muchos años... hasta su resurrección inesperada en la fiesta del sanchismo en Ferraz aquel 21 de mayo de 2017.
En aquel proceso de primarias, y aunque curiosamente había sido expulsado del PSOE diez años antes, Sánchez Pacheco formó parte activa en la campaña a favor de Pedro Sánchez. Así, logró afiliarse al partido como militante de la agrupación Distrito Centro de Madrid, fue el coordinador de la corriente Recupera Socialismo, fue quien alquiló la sede alternativa para el sanchismo en un local de la calle Ferraz cercano a donde está la sede federal del partido, y recorrió España en un autobús que buscaba captar adeptos a la causa en las diferentes agrupaciones socialistas.

Haciéndose pasar por amigo personal de Pedro Sánchez, el dirigente barbateño se fue abriendo camino en el partido creyéndose imbatible. Pero ya por entonces había iniciado en Madrid un largo proceso de pequeñas estafas que le fueron generando denuncias y enemigos a borbotones. Lo hizo con particulares, con empresarios y hasta con compañeros del partido, los cuales le terminaron poniendo la cruz obligándole a desvincularse del PSOE. Nadie sabe si a día de hoy sigue siendo militante socialista, aunque parece ser que jamás volvió a pisar la sede de Ferraz.
Siempre muy seguro de sí mismo y convenciendo a los incautos con un relato muy coherente, Tomás Sánchez Pacheco usaba mil argumentos para obtener dinero de manera rápida: alquilaba material informático que luego no devolvía, se quedaba con los créditos que solicitaba algún amigo a quien convencía para intentar emprender algún negocio, y hasta cobraba a inmigrantes a quienes permitía residir en viviendas que él previamente había alquilado sin abonar dinero alguno. Nóminas falsas y comprobantes de transferencias bancarias irreales eran su carta de presentación. Durante la pandemia del Covid hasta se hizo pasar por médico del CSIC con la intención de captar a profesionales para un supuesto coworking sanitario que evidentemente nunca abrió.

Todo ello hizo que se creara en Facebook una Plataforma de Afectados por Tomás Sánchez Pacheco que iba recogiendo todas las informaciones relacionadas con sus andanzas. Y él replicaba apareciendo en programas de televisión para intentar lavar su imagen.
Asediado por las denuncias y por la acción policial y judicial –llegó a ser juzgado en Madrid por el traspaso de una cafetería en el barrio de Malasaña que nunca pagó–, optó por tomar el puente aéreo para ampliar mercado en Barcelona. Pero en febrero de 2022 era arrestado en Sitges y entraba en prisión preventiva al ser acusado de 13 estafas que le habrían ocasionado un perjuicio económico de casi 103.000 euros a 18 personas en Cataluña.
Desde marzo de 2022 nada se sabe de él salvo que en esa fecha aún seguía en prisión y que acumulaba al menos dos condenas por estafa, una de ellas de un Juzgado de Madrid que le impuso una pena de tres años de prisión.
La última referencia sobre él es de la referida plataforma de afectados, que publicaba el 30 de noviembre pasado que Sánchez Pacheco “ha sido visto en Barcelona, por las proximidades de la Sagrada Familia, entre los turistas, buscando nuevas víctimas. Nos han informado que ha intentado una nueva estafa a una persona que se dio cuenta antes de la firma”.
A saber si era verdad. Lo que sí es cierto es que quiso ser alcalde de Barbate.
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