El despliegue de la fragata Canarias en la operación Atalanta, que partió de Rota hace apenas un mes, ha comenzado con una alerta por un secuestro pirata en el Oceáno Índico. El buque de la Armada se ha puesto en marcha y se encuentra siguiendo al barco MV Abdullah, un granelero con 23 tripulantes a bordo y abordado por más de una decena de presuntos piratas.

La Canarias, experta ya en esta misión -es su quinto despliegue- y que participó en el rescate del atunero vasco ‘Alakrana’ en 2009,  está haciendo labores de monotorización del mercante secuestrado que se dirige hacia la costa somalí. Allí hay otra embarcación también secuestrada desde diciembre, el MV Ruen y, de hecho, "es posible que el origen de los piratas que participan en este secuestrado sea el mismo que en el Ruen", según confirmaron desde el cuartel de la Operación Atalanta en Rota en un comunicado. Porque además de ser base de la fragata que ha emprendido las misión, las instalaciones gaditanas acogen el cerebro de la misma, que ha cumplido 15 años de labor de seguridad marítima en el Índico, un lugar clave en el tráfico marítimo mundial.

En el último año, la inestabilidad en la zona de operaciones ha crecido y estos grupos parecen que han despertado, coincidiendo con un momento de creciente inseguridad del tráfico marítimo, especialmente en el mar Rojo y el golfo de Adén, por los ataques de los rebeldes hutíes contra buques comerciales vinculados a Israel.

Conocedores de ello, en esta ocasión y por primera vez, el buque de la Armada cuenta con nuevos sistemas de defensa específicamente diseñados para hacer frente a las nuevas amenazas aéreas no tripuladas en la zona. Ya el comandante de la fragata Victoria en una entrevista en Diario de Cádiz, a la que ha relevado la Canarias; comentaba en una entrevista reciente en Diario de Cádiz que habían partido con el grado de alistamiento mayor.

"El hecho de transitar por zonas donde se están produciendo ataques de misiles o drones (sur del Mar Rojo y Golfo de Adén desde mediados del mes de enero) hace que el grado de alistamiento del buque sea mucho mayor, llegando a ser máximo al transitar por determinadas zonas", explicaba el capitán de fragata José María de la Puente Mora-Figueroa. Este buque participó en diciembre en la liberación de un pesquero iraní además de en otros cuatro incidentes piratas en su despliegue en estos pasados meses, lo que deja claro el resurgir de una piratería que hasta ahora estaba estabilizada.

Labores de vigilancia de los medios aéreos del buque de la Armada en el mercante secuestrado.

La dotación de la Canarias está formada por más de doscientos hombres y mujeres. A bordo, además hay una unidad de Infantería de Marina encargada de apoyar al buque en tareas de seguridad. Como medios aéreos, la fragata cuenta con un helicóptero de la quinta escuadrilla de aeronaves, un dron perteneciente a la undécima escuadrilla y un refuerzo de personal sanitario para tratar casos de urgencia médica a bordo.

La fragata  pertenece a la 41ª Escuadrilla de Escoltas, y es la más moderna de las seis fragatas de la clase Santa María. A pesar de su veteranía, mantienen sus capacidades plenamente operativas y mantienen una presencia continuada en la operación Atalanta, señalan desde el Ministerio de Defensa. 

Lo que se sabe del secuestro

El buque de bandera de Bangladesh,  MV Abdullah, y con 23 tripulantes a bordo  fue capturado el pasado martes día 12 de marzo por piratas mientras cruzaba el océano Indico realizando una ruta desde Mozambique a Emiratos Árabes Unidos. El capitán del barco consiguió dar la voz de alarma e informar a las autoridades involucradas en el control de movimientos de barcos en la región.

El barco secuestrado es un mercante granelero de tipo de cargo, con capacidad para unas 58.000 toneladas, que estaba transportando carbón térmico desde Mozambique a la ciudad de Dubái.

La fragata Canarias, desplegada en la operación de la Unión Europea ‘Atalanta’, con la misión de contribuir a la mejora de la seguridad marítima en el océano Índico e impedir actos de piratería de este tipo en las costas del Cuerno de África, fue alertada para que monitorizase  el barco secuestrado en aguas al este de Somalia. A partir de ese momento está realizando labores de seguimiento y monitorización del mercante.

La información visual recopilada desde Atalanta del buque mercante muestra al menos 12presuntos piratas a bordo del barco aunque la alerta inicial del secuestro apuntaba a un grupo de 20 personas armadas. " Se han identificado tres campamentos de presuntos grupos piratas en diferentes zonas del territorio de la costa somalí, y desde estos campos apoyan el secuestro", añaden desde el centro de operaciones en la base roteña.

La Operación ATALANTA mantiene contacto con las autoridades de Bangladesh y Somalia y "con nuestros socios en seguridad marítima en la zona para coordinar la acción más eficiente". señalan. La operación sigue en curso y la tripulación de momento está sana a bordo.

El Ministerio de Defensa señala que la participación en la operación ‘Atalanta’ se enmarca dentro del firme compromiso de España con la Política Común de Seguridad y Defensa de la Unión Europea, en términos de proporcionar una respuesta integral de la Unión Europea al fenómeno de la piratería, contribuyendo a su vez a la estabilidad y seguridad internacional.

Entre 2005 y 2011, las aguas del mar Rojo, el golfo de Adén y el océano Índico cercanas a Somalia, el país con la línea costera más larga de África continental (más de 3.000 kilómetros), fueron escenario de constantes ataques y secuestros de barcos perpetrados por piratas somalís, que pedían elevados rescates. Aunque solo diez ataques se confirmaron en 2012 y solo dos barcos fueron secuestrados entre 2013 y 2023, en este último año pasado se han seguido registrando incidentes sospechosos con un "preocupante aumento" que ha hecho que, por ejemplo, que el sector pesquero español haya pedido a Defesa que se siga prorrogando la Operación