Hace casi un mes que vecinos, responsables vecinales, formaciones políticas y representantes de distintas entidades de la ciudad se concentraron en la parcela del centro de salud de Camposoto a medio construir para reclamar su terminación, pero también una solución a los peligros que la superficie tenía sin vigilancia y abierta para la entrada de cualquier persona. Por el momento, desde la Delegación Territorial de Salud -como ya se advirtió ese día- se ha dado respuesta a esta demanda con la limpieza del lugar y la colocación de un vallado perimetral.

Un incendio, sin repercusiones de envergadura, pero que llamó mucho la atención, provocó la reacción de los vecinos que viven en la zona, hartos de los actos vandálicos y de ver que sus hijos, pequeños o incluso adolescentes, podían ponerse en peligro al acceder a la parcela, donde se erige una construcción a medio hacer, con escaleras, huecos en los suelos y distintas alturas. No era extraño ver a personas dentro haciendo botellón, por ejemplo. La retirada de la seguridad que la Junta tenía en el lugar había motivado que aumentara la entrada a la estructura y por tanto los riesgos. Ahora, con la colocación de una valla, en el perímetro no solo del edificio sino también de buena parte de los suelos de alrededor, se reducen considerablemente. Incluso en estos días se ha limpiado de maleza y de basura el terreno para impedir que se produzcan fuegos fortuitos como el último acaecido.

"Han limpiado, puesto una valla de esas con pies de hormigón nueva, no las que había antes. Es un paso", comenta Montse Martínez, que impulsó la movilización ciudadana de noviembre. Esta vecina de Camposoto había aguardado, como el resto de los vecinos que secundaron la protesta, a ver si se cumplían las promesas de Salud, que llegaron a través de la Federación de Vecinos que se había reunido con sus responsables por este tema. "Estábamos pendientes de qué iban a hacer, para ver cómo actuar después de Reyes", reconoce. Ahora habrá que comprobar si la protección sirve para evitar que se acceda a la parcela, y si por la zona patrullan más agentes de Policía Local, a lo que se comprometió el gobierno municipal.

Las reclamaciones, eso sí, no se quedan aquí porque la demanda de que la zona cuente con un centro de salud perdura. Los residentes en esta área de la ciudad, muy desarrollada demográficamente, deben desplazarse al centro de atención primaria de La Ardila para las consultas con el médico de familia -o de enfermería si es el caso- por lo que que se pide una mejor cobertura sanitaria para la barriada. El traslado de Salud Mental al Hospital de San Carlos y las mejoras y ampliaciones en su funcionamiento han cambiado, sin embargo, el mapa sanitaria de la ciudad. A ello se aferra Salud para estimar que antes de culminar el centro de salud edificado en un 25% se debe hacer un análisis real de las necesidades en este campo que tiene La Isla.