Críticas a la inversión estatal en materia e defensa

Rosety (Vox): "El Ministerio de Defensa parece una empresa en fase de descapitalización"

  • El diputado por Cádiz y general de Infantería de Marina ya retirado alerta de la escasa inversión del Gobierno central en las Fuerzas Armadas "algo que repercute en el personal, en la industria militar y en el empleo"

Infantes de Marina, fotografiados en la Base de Rota durante unos recientes ejercicios militares,

Infantes de Marina, fotografiados en la Base de Rota durante unos recientes ejercicios militares, / Julio González

El Gobierno de España no tiene intención de potenciar las Fuerzas Armadas y ello repercute en que cada vez haya menos personal y peor formado y que no se renueven los programas para modernizar el armamento, los recursos y el material de los tres ejércitos. Así al menos piensa Agustín Rosety, diputado nacional de Vox por Cádiz, para quien el Ministerio de Defensa "cada vez se parece más a una empresa que está en fase de descapitalización" ante la falta de inyección económica.

Rosety sabe de lo que habla ya que acumula más de 40 años de servicio en la Armada, donde se retiró con el rango de general de brigada de Infantería de Marina. Esta experiencia le lleva a afirmar con contundencia que el Gobierno de Pedro Sánchez "maltrata a las Fuerzas Armadas" al destinarle al Ministerio de Defensa en los Presupuestos Generales del Estado una inversión "que impide resolver los numerosos problemas acumulados en materia de personal y de renovación de programas armamentísticos".

En materia de personal, por ejemplo, el diputado de Vox entiende que sigue siendo "muy sangrante" la situación del contingente de tropa y marinería a los que se les da de baja al cumplir los 45 años de edad. "Para poder cobrar 600 euros se les obliga a firmar como reservistas, algo que no ocurre en ningún lugar del mundo", reflexiona Rosety, que opina que el país "no puede permitirse el lujo de perder a estos efectivos, porque son militares que han acumulado muchos años de experiencia y de preparación y porque en la Fuerzas Armadas los recursos humanos no se pueden improvisar".

En campaña electoral el propio Rosety se comprometió ante estos colectivos a presentar en las Cortes un texto legal alternativo que permitiera a este contingente seguir vinculado a las Fuerzas Armadas. "Nosotros cumplimos nuestra palabra planteando una solución que preveía que pasaran a un régimen de servicios profesionales hasta que llegaran a la situación de reserva. Defendíamos promociones internas, ascensos, especificaciones... pero el resto de partidos tumbaron nuestra propuesta".

Rosety tiene las cuentas claras. En un país moderno los recursos financieros en materia de defensa se deben destinar en un 50% a personal y en otro 50% a modernización de armamento, aprovisionamiento, material y recursos de los tres ejércitos. "Pero en la situación actual, y con un presupuesto para el Ministerio de Defensa tan reducido, la situación no hace sino empeorar a pasos agigantados", dice.

Con respecto a la segunda pata, la de la modernización del material de guerra, el diputado de Vox incide en el hecho de que se hayan tenido que aparcar o ralentizar algunos de los programas que ya estaban aprobados. "De ahí que haya aviones militares muy anticuados, buques que al zarpar para cumplir una misión deben regresar a puerto al sufrir una avería, o incluso que haya habido bajas en algunos ejercicios al no disponer de material adecuado", añade.

Todo ello, apostilla, también repercute en la industria española, "donde el sector de la defensa tiene un peso especifico", recuerda. También aquí Rosety echa en falta una mayor inversión "porque la demanda del Estado es el mejor escaparate para una industria española que vive sobre todo de las exportaciones. Y si no hay pedidos, poco podremos mostrar al mundo cuando, de manera paradójica, nuestra producción industrial en materia de defensa puede presumir de tener un nivel tecnológico muy alto", subraya antes de poner el acento en el daño que todo esto hace también a la mano de obra.

La solución a todos estos problemas pasa, a juicio de Rosety, por una revisión de lo que él llama "cultura estratégica". "Yo creo que el problema radica en que este Gobierno no sabe en qué posición quiere que esté España en el orden internacional. Y para mantener el prestigio y para seguir siendo un aliado fiable hace falta un revisión estratégica que nos permita posicionarnos bien en un mundo tan competitivo. Y para eso hacen falta recursos", apostilla.

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