Navantia condicionó su oferta a la aprobación del nuevo tax-lease

No pudo cerrar la parte económica, que sí la tecnológica, hasta que Bruselas no ratificó el impuesto

Imagen de la reunión mantenida entre los comités de Navantia y los portavoces políticos de la Diputación.
Imagen de la reunión mantenida entre los comités de Navantia y los portavoces políticos de la Diputación.
F. Rufo Cádiz

27 de noviembre 2013 - 05:01

La dirección de Navantia dio ayer al final explicaciones a muchos de los requerimientos que, a lo largo de varios días, habían demandado trabajadores, comités de empresa y grupos políticos. A preguntas de este periódico, la compañía pública española volvió a insistir en que sí presentó una oferta en firme dentro del plazo: lo hizo el 11 de junio, cuando el periodo expiraba seis días después, el 17. Pero ayer introdujo un matiz desconocido hasta la fecha: dicha oferta estaba condicionada, en la parte económica, a la negociación del tax-lease.

Se trata de un sistema de bonificación fiscal que afecta fundamentalmente a los armadores de buques, y consiste en una operación a tres bandas por la que se logra una vía de financiación mediante leasing del proceso de construcción del buque pero interviniendo varias fórmulas jurídicas. Este sistema fue ratificado por Bruselas después de que acabara el plazo del 17 de junio.

Navantia esgrimió ayer además que, desde este punto de vista, la oferta que presentó es firme porque sí estaba completa en cuanto a los requerimientos tecnológicos, aunque no en la parte económica por lo anteriormente comentado. En este sentido, señaló ayer que "era competitiva en precio y tecnología con la de cualquier astillero, pero estaba condicionada a la estructuración del tax-lease ya que entonces aún el Gobierno negociaba con Bruselas el nuevo régimen, que ya está aprobado "y por tanto Navantia puede convertir su oferta en BAFO (Best and Final Ofert)".

Además, en cuanto a las condiciones tecnológicas del astillero, la compañía pública española aseguró ayer a este periódico que la oferta presentada cumplía con todos los requerimientos técnicos del concurso". De hecho, en la compañía están convencidos, y así lo pudo certificar este periódico a través de otras fuentes de la empresa, que los gaseros de última generación objeto del concurso abierto por Gas Natural no están tan lejos de la tecnología que dispone la empresa pública y que se habría obtenido sin problemas.

Así, después de la polémica suscitada con la afirmación por parte de Gas Natural y los armadores Knutsen y Elcano de que el contrato está cerrado, Navantia sigue confiando en que su oferta sea viable. Claro que, en cierto modo, admite que la formalización de sus condiciones, al menos en la parte económica, no llegó hasta después de cerrarse el plazo.

De hecho, ayer, el presidente del comité intercentros de Navantia y del astillero de San Fernando, José Antonio Oliva, insistió en que hablar de tecnología en el caso de los gaseros es "un ataque" y un "subterfugio", máxime porque "la tecnología de la que habla se compra, porque aunque se haga en Corea y en Japón la patente la tienen los franceses y, por tanto, hay que comprársela a los franceses". Oliva hizo estas declaraciones tras la reunión mantenida ayer entre los tres comités de empresa de las factorías gaditanas de Navantia (Puerto Real, San Fernando y Cádiz) y los portavoces de los partidos políticos con representación en la Diputación Provincial.

Ambas partes hicieron una "defensa a ultranza" de los astilleros y de su capacidad tecnológica. Por ello, los sindicatos interpretaron como "una agresión" que Gas Natural cuestione este aspecto.

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