Una nueva oleada de pateras está llegando a las costas de la provincia de Cádiz en las últimas horas. El pasado lunes el Servicio Marítimo de la Guardia Civil tuvo un día movido con hasta seis embarcaciones rescatadas de aguas cercanas al Estrecho de Gibraltar. En su mayoría se dirigían a Barbate y las playas de Caños de Meca, con decenas de magrebíes a bordo.

Durante las últimas semanas la llegada de migrantes ha estado más tranquila de lo esperado, incluso con números inferiores a los que se dieron el pasado año por estas mismas fechas. Sin embargo, en las últimas 48 se ha visto un repunte. Ayer tarde, nuevamente, la salvamar María Zambrano tuvo que salir a buscar una embarcación que navegaba a unas siete millas de Barbate con personas a bordo. El domingo, fueron casi 200 los migrantes rescatados en cuatro pateras, lo que quiere decir que las mafias que trafican con seres humanos han dado el pistoletazo de salida a la temporada de verano.

Todas estas personas están siendo desplazadas hacia Algeciras, y desde allí, una vez desembarcados, los dirigen al CATE de San Roque, donde pueden pernoctar y se les da cobijo y alimentos hasta que se les abra el expediente correspondiente. Muchos de ellos ya han pasado por este mismo trámite en varias ocasiones, no en vano el sueño de Europa está grabado a fuego en ellos.

El pasado año hubo que lamentar el fallecimiento de demasiadas personas en nuestras aguas, por más esfuerzos que realizan Guardia Civil, Salvamento Marítimo y Policía Nacional. Este año ya han perdido la vida un par de migrantes en un naufragio ocurrido en El Palmar, uno de ellos apenas un niño. Mientras tanto algunos países mediterráneos continúan endureciendo sus políticas migratorias.