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Análisis político

Después del 28-M en Cádiz: No es azul todo lo que reluce

  • Los 11 alcaldes que tiene el PP gobiernan a la mitad de la población de la provincia, una cifra importante pero que está lejos del 70% que llegó a alcanzar este partido en 2011

  • El elemento diferenciador es que ahora tienen la Junta, una pieza que ha terminado siendo clave para cerrar tantos pactos de gobierno, incluido el de la Diputación

  • En 2011 el PP tenía también San Fernando, Chiclana, Rota, Chipiona, Vejer... hasta Alcalá de los Gazules

  • Vayan dejando paso al azul

  • Elecciones municipales 2023: la Alcaldía de Cádiz refuerza el triunfo del PP

Javier Arenas y otros dirigentes del PP, en Algeciras junto a muchos de los alcaldes que logró este partido en la provincia de Cádiz en 2011.

Javier Arenas y otros dirigentes del PP, en Algeciras junto a muchos de los alcaldes que logró este partido en la provincia de Cádiz en 2011. / Erasmo Fenoy

Cuando estamos exactamente a la mitad del camino que separa las elecciones municipales del pasado 28 de mayo y las generales del próximo 23 de julio, cuando han pasado cuatro semanas de la última cita con las urnas y faltan otras cuatro para volver a votar, la sensación en la provincia de Cádiz, como en casi toda España, es que el Partido Popular (PP) se ha erigido en una formación omnipotente que si no lo controla todo aún, puede terminar haciéndolo dentro de muy poco, por ejemplo cuando a mediados de agosto se vayan a constituir las nuevas Cortes Generales.

Pero una cosa es la sensación y otra son los números. Y estos últimos, evidentemente cuantificables, vienen a decirnos que no, que el PP no manda en todos sitios y que incluso hubo un tiempo pasado en el que su poder municipal fue mayor del que ha empezado a disfrutar tras las sesiones de investidura en los ayuntamientos vividas hace una semana y un día.

Cuando se iba acercando la campaña electoral y la fecha de los comicios locales del 28-M, no fueron pocos los que alertaban de que lo que estaba por venir podía tener cierta similitud con lo que ya vivió la provincia de Cádiz en 2011, cuando se celebraron igualmente unas elecciones municipales y generales de grato recuerdo para el PP. Pero, visto lo visto, se puede decir que lo de 2011 sí fue un tsunami pero lo de este año habrá sido, en todo caso, un tsunamito... aunque falta aún que dentro de cuatro semanas se vuelvan a abrir las urnas, claro.

Es una evidencia que el PP ha ganado las elecciones municipales de este año en la provincia de Cádiz y, además, lo ha hecho con una superioridad meridiana, aventajando al PSOE en unos 15.000 votos, recuperando alcaldías perdidas hace ya varios lustros (Cádiz, Jerez, Arcos, Tarifa, Ubrique, etc.), amarrando mayorías absolutas en ciudades tan potentes como Cádiz, Jerez, Algeciras o El Puerto y, lo que va a ser más importante quizás, garantizándose que dentro de pocos días volverá a gobernar en la Diputación de Cádiz tras ocho años en la oposición. Y eso tiene una conclusión palpable: los 11 alcaldes del PP gobiernan en la actualidad a 618.239 personas o, lo que es lo mismo, al 49,58% del último padrón provincial oficial, que data del 1 de enero de 2022.

Gobernar a la mitad de los habitantes de esta provincia es un dato a tener muy en cuenta, sin duda. Y si no que se lo pregunten al PSOE, cuyos 16 alcaldes apenas gobiernan al 23,77% (296.479 gaditanos) o a la decena de regidores de IU, que gobiernan actualmente al 13,09% de la población de la provincia.

Pero, aunque parezca mentira, no es azul todo lo que reluce. O, dicho de otro modo, hubo tiempos mejores para el PP de Cádiz, por ejemplo en ese ya mencionado 2011. Tras las elecciones municipales vividas a mediados de ese año, esta fuerza política se hizo con la friolera de 18 ayuntamientos en la provincia gaditana. En los mapas adjuntos puede verse que en el de 2011 (el de arriba) los populares tenían las mismas alcaldías con las que cuentan ahora (excepto El Bosque y Algar) pero es que además sumaban las de San Fernando, Chiclana, Rota, Chipiona, Vejer, Jimena, San José del Valle, Benaocaz y hasta la mismísima Alcalá de los Gazules.

Aquello sí que fue un tsunami azul en condiciones, porque por primera vez se le abría al PP las puertas de la Presidencia de la Diputación de Cádiz pero también porque estos 18 regidores populares pasaron a gobernar a más del 70% de la población que tenía la provincia hace 12 años. Ese porcentaje de poder municipal jamás se ha vuelto a repetir en esta provincia pero es que además tampoco se había vivido antes de aquel 2011. Ni siquiera el PSOE llegó a alcanzar esa cifra en su mejor año, que fue tras las municipales de 1987, cuando la provincia llegó a tener hasta una treintena de alcaldes socialistas a la vez. Pero el no tener por aquel entonces la Alcaldía de Jerez era algo que lastraba bastante al PSOE.

Por cierto, que tampoco este momento actual es el peor para los intereses de los socialistas gaditanos porque en ese 2011 este partido se quedó con apenas 15 alcaldías (una menos de las que tiene ahora) y apenas gobernaba al 17,9% del padrón provincial (unos seis puntos menos del poder municipal que tiene en la actualidad).

Pero aunque las cifras digan que hubo victorias aún mayores para el PP, también es verdad que la sensación generalizada es que este partido ha ganado mucho poder y mucha influencia sobre todo en el último año. Y es que ahí está la gran diferencia entre el año 2011 y este 2023, en que en esta ocasión este partido sí gobierna en la Junta de Andalucía, algo que no podía decir hace una década.

Hace 12 años las elecciones municipales y generales fueron antes que las andaluzas. Al contrario de lo que hizo Zapatero, Griñán se negó a adelantar aquellos comicios autonómicos, apuró su convocatoria hasta la primavera de 2012 y el resultado es conocido por todos: el PP dejó de estar en ebullición y aunque Arenas logró una victoria histórica en Andalucía fue igual de estéril porque el PSOE pudo mantener la Junta gracias al apoyo que le dio IU.

En esta ocasión, por el contrario, estos comicios autonómicos fueron un año antes y la hegemonía del PP y de Juanma Moreno en Andalucía, además con mayoría absoluta, ha terminado siendo sin duda un elemento que ha ayudado a inclinar la balanza en aquellos municipios donde formaciones como AxSí u otra de carácter local podían elegir entre el PP y el PSOE como socios de gobierno. Porque si la Junta no estuviese en manos de los populares, igual Ruiz Boix no tendría que estar ahora recogiendo el despacho de la Presidencia de la Diputación de Cádiz.

Con la Junta de Andalucía en sus manos, con la Diputación a punto de volverse azul y gobernando al 49,58% de la provincia (un 54,33% si se suman los cuatro gobiernos municipales en los que están los populares pero sin ostentar la Alcaldía), al PP le falta sólo el Gobierno central o, como dijo el otro día el alcalde de Algeciras, la cuarta pata que sustente la mesa.

Y de nuevo vuelve a aparecer en el espejo el reflejo de 2011. A aquellas elecciones municipales le siguieron unas generales, como va a suceder en este 2023. Entonces fue el 20 de noviembre y el PP de Rajoy no sólo lograba una indiscutible mayoría absoluta sino que en la provincia de Cádiz se disparaba hasta los 291.897 votos, una cifra histórica que este partido no ha vuelto a registrar desde entonces.

En esa cita electoral de 2011 el PP lograba cinco de los ocho escaños en el Congreso de los Diputados que entonces se pusieron en liza (los tres restantes fueron para el PSOE), además de tres de los cuatro senadores. Para este año la dirección de este partido busca una tercera victoria electoral consecutiva en la provincia y montaría una fiesta en caso de lograr cuatro diputados. Si eso sucediera, entonces sí, entonces ya se podría afirmar que prácticamente es azul todo lo que reluce.

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