Astilleros

Estados Unidos, un mercado estratégico para Navantia

  • Navantia afianza su relación con el Pentágono tras la apertura de la oficina comercial en Washington, donde opta a la construcción de 20 fragatas

Susana de Sarriá, presidenta de Navantia.

Susana de Sarriá, presidenta de Navantia. / Lenin Nolly / Efe

Estados Unidos es un mercado estratégico para Navantia, asegura su presidenta, Susana de Sarriá, quien se encuentra estos días en Washington, donde ha inaugurado la nueva oficina que la constructora naval española acaba de abrir en la capital estadounidense.

“Estamos especialmente ilusionados con la apertura de esta oficina, que va a poder ser ese punto de encuentro para poder estar más cerca de Estados Unidos, su Marina y su industria”, comentó De Sarria en una entrevista con Efe en Washington. La directiva gaditana, que tras una extensa carrera en el sector público asumió la Presidencia de la empresa naval en julio del año pasado, tiene clara la importancia de reforzar los lazos comerciales con esta “potencia mundial”, a la que Navantia está vinculada desde hace ya varias décadas.

“Nosotros empezamos a construir barcos con diseño americano en los años 70 y fuimos evolucionando de manera que nos permitieron aprender, hasta que llegamos ya a hacer nuestros propios diseños”, rememora De Sarriá. Esta capacidad es precisamente la que ha llevado a la empresa naval a ser seleccionada por el Departamento de Defensa de EE.UU. para la posible construcción de 20 fragatas para la Armada estadounidense.

Navantia se presentó a este concurso de licitación de la mano de un socio local, General Dynamics Bath Iron Work, una de las grandes compañías del sector de la construcción naval estadounidense. “Nosotros ponemos la parte tecnológica del diseño y ellos ponen la construcción de las fragatas en su astillero de Maine”, explica la directiva, que asegura que su socio estadounidense es “el mayor experto” del país en la construcción de este tipo de buques.

Sin embargo, la auténtica clave de este proyecto, según aseguran desde Navantia, es la calidad de la fragata española de la clase F-100 que, entre otras ventajas, puede ser equipada con el sistema de combate Aegis, desarrollado en EE.UU. y considerado el más potente en estos momentos. La calidad contrastada de este destructor llevó al Gobierno australiano a encargar tres buques, de los cuales ya se han botado dos, el Brisbane y el Hobart, con gran éxito.

De Sarriá recalca que, a pesar de que la Armada estadounidense siempre trabaja con empresas locales, en este caso, para “agilizar el proceso”, quería estudiar la posibilidad de contar con un diseño “ya probado”. “La Marina americana está buscando un tipo de fragata para la cual quieren –para agilizar el proceso– partir de un diseño probado. Nosotros tenemos ese diseño probado que es la F-100 y la estamos adaptando a los requerimientos que la Marina americana necesita”, detalla.

Mantenimiento en Rota

La presidenta de Navantia destaca otro factor que puede resultar fundamental a la hora de sacar adelante este proyecto: la relación que la empresa mantiene con las Fuerzas Armadas estadounidenses. “Llevamos el mantenimiento de los destructores que están en la base naval de Rota. En ese mantenimiento Navantia tiene ya un nivel de satisfacción del cliente muy alto.”, recuerda esta ejecutiva que se formó como ingeniera de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid.

De Sarriá cree que la relación de la empresa con el Pentágono puede servir para abrir otras puertas, un objetivo para el que se antoja indispensable su nueva oficina, situada en la localidad de Arlington, a las afueras de Washington, y dirigida por Francisco Barón. “Hemos abierto oficina para confirmar nuestro compromiso con Estados Unidos, con la Marina americana y con su industria, pero también queremos reforzar nuestra relación con los socios industriales y buscar oportunidades comerciales”, concluye De Sarriá.

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