Provincia de Cádiz

Airbus reubica a empleados del CBC de la línea del 737 MAX en otras plantas

  • Los primeros trabajadores se incorporarán de forma temporal a la factoría de San Pablo en Sevilla

  • La medida es transitoria a la espera de que Boeing retome la producción en marzo

Un operario del CBC trabaja en una de las piezas para Boeing.

Un operario del CBC trabaja en una de las piezas para Boeing. / Julio González

Airbus recolocará en otras plantas del grupo a trabajadores del  la factoría del CBC de El Puerto de Santa María afectados por la paralización de la producción del Boeing 737 MAX. El consorcio aplicará esta medida recogida en el convenio colectivo y que abre la posibilidad incluso de traslados de forma coyuntural y voluntarios incluso a factorías fuera de España donde haya necesidad de reforzar su personal.

Así lo ha trasladado la dirección de Airbus España a la Comisión de Empleo de la empresa, en la que están representados los sindicatos, a lo largo de varias reuniones celebradas el pasado jueves y ayer. “Esto permite adaptarnos a una bajada del ritmo en la producción con la perspectiva de volver a la normalidad en marzo”, indicaron fuentes de UGT-Cádiz, que incidieron en que “la línea roja es el mantenimiento del empleo”.

La planta portuense se encarga de la fabricación de los recubrimientos metálicos -fan cowl- de los motores del 737 MAX. El contrato fue adjudicado en 2013 por un importe de 300 millones de euros y una duración de veinte años.

Aunque pueda parecer extraño, no es la primera vez que una planta de Airbus trabaja para su principal competidor. De hecho, ya se fabrican piezas para varios aparatos de la compañía norteamericana en la planta sevillana de Tablada.

Boeing anunció el pasado mes de diciembre que suspendía la producción de su avión estrella a partir de enero, después de que varias administraciones, entre ellas Estados Unidos, le prohibiera volar a raíz de dos dos accidentes aéreos mortales de gran magnitud en octubre de 2018 y marzo de 2019, producidos por un fallo en su software. 

En vez de paralizar la fabricación para Boeing, Airbus decidió reducir la cadencia a sólo 20 piezas diarias con la vista puesta en que el 737 MAX reciba la autorización para volver a operar comercialmente en marzo, lo que abriría la puerta a que Boeing recuperara la normalidad en su producción.

La menor cadencia provoca un exceso de personal que Airbus ha tratado de mitigar con la aplicación de la bolsa de horas, en virtud de la cual ha enviado a casa a trabajadores del del CBC asignados a esta línea. Pero esta herramienta de flexibilidad se agotará a corto plazo con lo que es necesario articular otros instrumentos.

“Es una cuestión transitoria y viene regulada en el convenio como movilidad geográfica temporal”, indicó el responsable de industria de CCOO-Cádiz, Jesús Serrano, que recordó que ya se ha aplicado en otras ocasiones dentro del grupo.

Incorporaciones

Las primeras incorporaciones se realizarán de forma inmediata en la factoría de San Pablo, en Sevilla, donde se espera en breve la llegada de 21 trabajadores desplazados del CBC y de Tablada, también en Sevilla, según indicó el secretario estatal del sector aeronáutico en FICA-UGT, Juan Antonio Vázquez, en declaraciones a Europa Press.

A ellos se sumarán otros 33 operarios eventuales que salieron de la empresa el pasado mes de diciembre. Asimismo, San Pablo incorporará otros 38 trabajadores en el mes de mayo, entre los que tendrán prioridad “los excedentes de las factorías de El Puerto de Santa María y Tablada”, aseguró Juan Antonio Vázquez.

Los sindicatos también calibran el impacto del frenazo del 737 MAX en la industria auxiliar de la Bahía, aunque confían en que se logre superar el bache con la vista puesta en que Boeing vuelva a la normalidad en marzo.

La crisis del 737 MAX ha sucedido en un momento de gran incertidumbre para la industria aeronáutica gaditana, ya afectada por la caída de la demanda del A400M y el fin de la producción del A380, programa en el que estaba muy implicado la factoría de Airbus en Puerto Real. A ello se suma el impacto del Brexit en el negocio de Airbus, ya que no sólo cuenta con fábricas en Reino Unido, sino que Rolls-Royce es uno de sus principales proveedores de motores, y el malestar del consorcio aeronáutico con el Gobierno de Pedro Sánchez por la elección de Indra como socio preferente en el programa del nuevo caza europeo.

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