Mundo

El caos se apodera de Trípoli

  • La escasa seguridad, la falta de abastecimientos y la ausencia de representación política del CNT mantienen a la capital en la incertidumbre · Aviones británicos bombardean el búnker de Gadafi en Sirte

La endeble seguridad en la capital libia, la falta de abastecimientos y la ausencia de una presencia políticamente decisiva del Consejo Nacional de Transición (CNT) mantienen la incertidumbre y la zozobra en Trípoli, urgentemente necesitada de suministros exteriores por vía marítima.

La zona céntrica de la ciudad, tras seis meses de guerra y en pleno final del Ramadán, muestra una aspecto desolador, con calles sembradas de puestos de control y en el centro pocos civiles, pues gran parte de la población mantiene el temor por la persistencia de los enfrentamientos, principalmente al sur de la ciudad.

Los rebeldes libios se han hecho con el control del barrio de Abu Salim, en el sur de la capital, que todavía permanecía en manos gadafistas tras una ofensiva con duros combates.

Tras una noche en la que las explosiones y los tiroteos se sucedieron al sur de la ciudad, el barrio de Abu Salim presentaba ayer un aspecto de tranquilidad. No obstante, cerca, en el aeropuerto internacional, los restos destruidos de un Airbus 330 alcanzado por los cohetes Grad daban cuenta de la crudeza de los enfrentamientos.

En uno de los hoteles de la capital libia, miembros de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) gestionaban ayer la evacuación de los inmigrantes que quedaron atrapados en la ciudad para ser trasladados a Bengasi, operación que la organización informó de que espera completar este fin de semana, aunque no pudo precisar el número de personas.

El presidente del Consejo Nacional de Transición, Mustafa Abdulyalil, ha apelado a los fieles al régimen de Muamar el Gadafi para que se unan al CNT y eviten un mayor derramamiento de sangre.

"No hay más excusas para no unirse a la revolución", dijo en unas declaraciones televisadas el presidente del CNT, que el jueves envió una avanzadilla para comenzar a organizar el trabajo político en la capital.

El paradero del coronel Gadafi sigue siendo fuente de rumores y especulaciones, incógnita a la que se suma el destino de sus dos hijos: Hamis, que ha cubierto el frente militar, y Saif el Islam, que asumió la cara mediática del régimen.

Sólo los rebeldes tienen presencia en las calles céntricas de la ciudad, donde crecen las carencias de suministros y servicios básicos como el agua, lo que acrecienta la sensación de impotencia del CNT, que trata frenéticamente de obtener los fondos desbloqueados la noche del jueves por el Consejo de Seguridad de la ONU, un total de 1.500 millones de dólares en bienes libios.

Mientras los milicianos trataban de mantener la precaria situación de seguridad en la capital, aviones británicos Tornado bombardearon la noche anterior el búnker de Gadafi en su ciudad natal de Sirte, al este de la capital, así como otras instalaciones de mando, según informó ayer en su cuenta de Twitter el general británico Nick Pope.

El CNT, que mantiene su sede en Bengasi, la segunda ciudad del país y principal feudo rebelde durante toda la guerra, tiene entre sus inminencias la recuperación de las armas en poder de los gadafistas y surtir a los centros sanitarios de personal y medios para atender a los numerosos heridos.

Así, el ministro de Justicia del CNT, Mohamed Alagy, afirmó ayer que "la primera preocupación de dicho ente es "controlar la seguridad" y no tanto Gadafi. "Somos la autoridad legal; Gadafi no es nuestra primera preocupación, sino controlar la seguridad del país", dijo Alagy en sus primeras declaraciones a la prensa a su llegada a Trípoli.

Preguntado por las atrocidades denunciadas cometidas por los rebeldes sobre los gadafistas hechos prisioneros, Alagy manifestó que éstos "son bien tratados y se respetan sus derechos humanos".

Uno de lo asesores del ministro explicó a la prensa que ahora se centran en Sirte, "que pronto será una ciudad abierta". "La gente siente ya la fuerza", señaló en referencia a los habitantes de Sirte, la ciudad natal de Gadafi, que ha hecho de quienes son originarios de allí sus más devotos leales.

El asesor trató de salir así al paso de las especulaciones en torno a la fidelidad u hostilidad de los habitantes de Sirte, la última ciudad que se resiste a los rebeldes.

Sobre los problemas más acuciantes que vive la capital, el asesor ironizó al señalar que "el agua y la electricidad no eran ya muy buenos con Gadafi". "Preparamos lo que podemos", dijo el asesor, quien explicó que "los daños de la guerra y algunas bandas de gadafistas" son los responsables de las deficiencias severas de suministros básicos como agua y luz que atraviesa la capital.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios