El precio de los carburantes ha tenido una nueva subida generalizada de sus precios, provocando que se haya encarecido hasta un 5% respecto a la semana anterior, llegando a rozar el diésel el coste de unos 2 euros el litro. El conflicto armado en Ucrania y las consecuentes sanciones a Rusia (y sus respuestas) no ayudan tampoco a estabilizar el precio de este producto. 

Según el Boletín Petrolero de la Unión Europea a día de hoy comprar un litro de diésel es aproximadamente un 12% más caro que si se compara con un litro de gasolina, lo que se traduce a una diferencia de aproximadamente 20 céntimos por litro. En 2021 la situación era, salvando las distancias, la contraria y era la gasolina la que se encontraba por encima del precio por litro en lugar del diésel.

Sin embargo, esta tendencia parece que no va a ser revertida a corto plazo, sino que podría empeorar todavía más y las previsiones no son muy favorables para los usuarios que tienen vehículos que hacen uso del diésel. La previsión actual habla de un futuro aumento del precio de este carburante en las próximas semanas o meses, algo que corroboran desde empresas como Repsol.

El mensaje de Repsol a los usuarios de diésel

Josu Jon Imaz, consejero delegado de la empresa, pone en la mira la guerra en Ucrania como una de las principales explicaciones para la aparición de estas previsiones pesimistas, que él mismo comparte. En sus palabras: "En caso de continuar,(...), con las tensiones geopolíticas actuales en Europa, me parece que estas grietas diésel muy abiertas se van a quedar". 

Dentro del marco del conflicto bélico, Imaz señala las restricciones a las importaciones de diésel a Rusia, así como la proximidad del invierno, un momento del año en el que el aumento precio de este carburante suele ir de la mano con una mayor demanda para hacer frente a los meses más fríos.

Las previsiones de Imaz no se basan solo en eso, sino también señala que el encarecimiento del diésel se puede ver alterado por un factor más: su uso como sustituto para el gas natural. Este último también está siendo profundamente afectado por la guerra que se inició el pasado febrero, tanto en sus precios como afectando a los usuarios por la dependencia europea (especialmente alemana) del gas ruso, que se ha intentado paliar de cara al invierno y a los cortes de suministro por parte de Rusia.

Todo esto afectará de forma directa a quienes tengan vehículos que necesiten diésel y no se sabe realmente cuándo estos usuarios podrán respirar con algo más de tranquilidad. Según sentenciaba Josu Jon Imaz: "En los próximos meses veremos precios todavía más altos si no hay acuerdo político sobre la invasión de Ucrania y el conflicto ruso".