Puede conducirse sin ningún tipo de licencia. Tampoco requiere llevar casco o cinturón y su techo, si llueve, protege del agua. Además, el mando con el que se dirige tanto la velocidad como la dirección es un joystick. Guiños suficientes para determinar a quien mayoritariamente parece dirigirse el Solo, este monoplaza eléctrico: a los clientes más jóvenes. No obstante, no le faltan elementos de seguridad en tanto que dispone de un airbag o de un botón que se acciona con el pie y lo detiene en caso de de emergencia.
El estudio indio de Renault que ha desarrollado este medio de movilidad unipersonal sitúa a su ocupante en una posición semisentada -porque hay asiento, no como en un Segway-, lo que le convierte en más alto que largo -1,37 de largo por 1,75 de alto, cuando la altura es de sólo 0,90 m-, de modo que también ocupa menos espacio en el tráfico o cuando está aparcado. De hecho, pueden encajarse varias unidades de manera que, en el espacio que ocupa un coche de tamaño convencional caben hasta seis Solo.
El asiento, reclinable, tiene bajo él un espacio que permite llevar una bolsa y, como ya ocurría con el Renault Twizy, tanto por fuera como por dentro puede lavarse con un manguerazo.
El Solo, hoy un concept-car, tiene tres ruedas. Las dos delanteras llevan la fuerza del motor hasta el suelo, mientras que la posterior se ocupa de la dirección, como los carritos del supermercado.
Para recargar este monoplaza Renault propone tres opciones: enchufándolo a la red, tal cual un turismo eléctrico; desmontando la batería y recargándola en casa, como si se tratase de una bicicleta eléctrica; o mediante tecnología inductiva. Usando este modo, explica la marca que “un punto puede cargar varios vehículos Solo Concept ranurados al mismo tiempo (el que está en la parte delantera se conecta a la terminal y usa la inducción para transferir electricidad a los otros que están detrás)”.
Islas de energía
Como puntos de recarga públicos Mobilize propone el Ileo Concept, aunque no sólo para los Solo.
Es un elemento de mobiliario público que puede transportarse fácilmente y que aporta, además de la posibilidad de un punto de carga rápida de 22 kW que, con corriente continua, puede proporcionar energía a coches eléctricos, tiene conectores estándar, de tipo Schuko, para asegurar la recarga de scooter o bicicletas.
Además, un asiento y una mesa permiten trabajar en ellos a la sombra disponiendo de electricidad para el teléfono móvil, la tablet o el ordenador. Son, en definitiva, islas de energía que pueden usar baterías de segunda vida de los automóviles o emparejarse a paneles fotovoltaicos.
Eso sí, por el momento, se trata de sólo una idea de cara a respaldar el plan de Mobilize de cara a crear un ecosistema de carga eléctrica en espacios públicos.
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