Renovables

Biocombustibles para reducir el hollín de los vehículos

  • Investigadores andaluces logran reducir en un 90% las emisiones de contaminantes sin que alterar el comportamiento del motor

El motor estudiado abre la puerta al uso de combustibles que no derivan del petróleo.

El motor estudiado abre la puerta al uso de combustibles que no derivan del petróleo. / UMA

El uso de biocombustibles podría reducir hasta un 90% la emisión de humo negro de los coches, según se desprende de un estudio internacional realizado por la Universidad de Birmingham (Reino Unido) en el que participa de la Universidad de Málaga, que se ha ocupado del análisis de las nanopartículas de hollín que expulsa el motor a partir de los diferentes biocombustibles estudiados –bioalcoholes como butanol, pentanol o ciclopentanol y biocetona como ciclopentanona. El estudio utiliza biocombustibles oxigenados mezclados con diésel en un 20% de proporción volumétrica, constatando una reducción en la producción de hollí, el humo negro que emiten los coches, en más de un 90%.  Los experimentos se han llevado a cabo en los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación de la UMA (SCAI), utilizando el Microscopio de Transmisión de Electrones de Alta Resolución (HR-TEM).

El estudio, que recoge la revista Fuel ha sido realizado por el profesor de la Escuela de Ingenierías Industriales Francisco Javier Martos. “Nuestra investigación muestra que los biocombustibles estudiados, que hemos obtenido en laboratorio, además de producir muy poco hollín, tienen un comportamiento en el motor similar al combustible de cualquier gasolinera, lo que significa que no habría que hacer cambios en éste para que funcione de manera normal”, explica.

con este trabajo se abre una nueva vía que podría reducir la emisión de hollín de los motores térmicos y, con ello, paliar los problemas medioambientes y de salud pública que conlleva. “Las partículas de hollín emitidas por los motores son expulsadas al ambiente quedando en suspensión, afectando al clima, ya que aumenta el efecto invernadero, y a la salud pública, puesto que al no depositarse en el suelo tienen una alta probabilidad de ser inhaladas por los seres vivos”, afirma Martos.

Avanzar hacia una movilidad sostenible a partir del establecimiento de Zonas de Bajas Emisiones es ya una realidad en todas las ciudades y municipios españoles que superan los 50.000 habitantes, de acuerdo a la Ley del Cambio Climático y Transición Energética.

Esta investigación “abre la puerta al uso de combustibles que no derivan del petróleo y podrían reducir la emisión de contaminantes en los vehículos”. Conseguir su comercialización es un objetivo a largo plazo de este equipo científico internacional, que ya mantiene acuerdos con algunas marcas comerciales.

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