Pedro Sánchez evita respuestas en un tenso interrogatorio del PP en la comisión sobre el caso Koldo del Senado

El presidente del Gobierno, que ha tachado la investigación de "circo", ha acusado al portavoz popular de tener una actitud "inquisitorial", como "Torquemada", y ha dicho estar "encantado" de comparecer.

Sánchez afea en la comisión Koldo del Senado la adjudicación "sin control de 242 millones" de la Junta a sanidad privada

Pedro Sánchez, durante su interrogatorio en la comisión de investigación del caso Koldo en el Senado. / efe
Agencias

30 de octubre 2025 - 16:36

La comparecencia de Pedro Sánchez en la comisión Koldo del Senado ha deparado una inédita imagen del jefe del Gobierno con gafas de pasta que ha utilizado, más que para mitigar la presbicia, para aguantar el inmisericorde chaparrón que el PP le tenía preparado para tratar de evidenciar que miente con la corrupción.

Le tenían ganas los populares, y ello se ha hecho patente en una comisión creada para indagar sobre los supuestos trapicheos en la época de la pandemia de Koldo García, el asesor del ex ministro José Luis Ábalos, y que ha extendido su propósito a la mayoría de los casos judiciales que según la oposición tienen cercado a Sánchez.

Cinco horas de preguntas: "Esto es un circo"

Con sus gafas negras de resistir, más que de ver, el líder socialista ha afrontado más de cinco horas de preguntas en una sesión extremadamente dura, crispada, turbulenta y para la que siempre podrán faltar calificativos porque han sido innumerables los reproches, las interrupciones, las llamadas al orden, los sarcasmos y, también, la ausencia de novedades. Porque casi todo ya se sabía.

Un circo, como ha reiterado en varias ocasiones el compareciente, definición que ha molestado, y mucho, al presidente de la comisión, el popular Eloy Suárez Lamata, con quien ha tenido agrios encontronazos. También la ha calificado de "comisión de difamación", "inquisitorial" y de "frustración" para el PP y Vox. No se conocía que el presidente necesitara de gafas para leer, eso sí ha sido nuevo, pero la vehemencia en las preguntas del PP, Vox y UPN sí parecía esperarla; para combatirla ha recurrido a una casi permanente sonrisa que les ha exasperado por momentos.

"Limpieza" de la contabilidad de los socialistas

Ha abierto el fuego la senadora de UPN María Caballero, y sus preguntas, con las que ha intentado que Sánchez fuera al grano para no perder tiempo, han facilitado los primeros titulares. A ella le ha admitido que alguna vez cobró del PSOE dinero en metálico por gastos justificados con factura, pero también ha defendido la limpieza de la contabilidad de los socialistas, eso sí, sin dejar de soltar pullas, de paso, sobre las condenas por corrupción que pesan sobre el PP a raíz del caso Gürtel.

En un ambiente muy tenso pese a su sonrisa y sus gestos con las gafas de aguantar que se ha ido quitando y poniendo, Sánchez ha afrontado un extenso catálogo de cuestiones, desde los famosos sobres con dinero en Ferraz a los informes de la UCO y la banda del Peugeot con la que recorrió España con Ábalos, Koldo y Santos Cerdán en su campaña a las primarias de 2017. Todo sabido.

La sesión ha proseguido con Vox, cuyo portavoz Ángel Pelayo Gordillo le ha echado en cara el "ilegal" confinamiento de la pandemia, y el resto de portavoces, en tono mucho menos agresivo y con nuevos frentes abiertos, como el último libro del rey Juan Carlos que no ha leído a los pactos para gobernar Navarra, el 155 o la dana y Carlos Mazón, pese a los esfuerzos del presidente Suárez Lamata por llamar a la cuestión.

El PP: "Sí o no, es muy fácil"

Hasta el plato fuerte: el senador del PP Alejo Miranda, que ha planteado su intervención como un auténtico interrogatorio ejecutado de manera inmisericorde, obsesionado por lograr que Sánchez le contestara con un "sí o no" a una catarata de decenas de preguntas, en un ritmo frenético que a veces ha hecho casi ininteligible el diálogo y ha provocado protestas del PSOE, luego del PP, del presidente...

Sánchez ha procurado mantener la calma, sujetar la sonrisa y contratacar con la corrupción ya sentenciada del PP, sin responder salvo a lo ya dicho antes y tratando de extender sus respuestas, mientras Miranda no ha dejado de interrumpirle para conminarle a contestar una y otra vez: "Sí o no, es muy fácil".

Con ese frenesí inquisitivo ha discurrido la última parte de la sesión, con el senador popular tratando de que Sánchez aclarara si "se avergüenza" de Koldo, Ábalos y Cerdán, si conocía al comisionista Víctor de Aldama, si cesó al ministro de Transportes por la corrupción o si conocía de antemano que la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez iba a viajar a España pese a tener prohibido el acceso a la UE. También si su hermano vivía o no en Elvas (Portugal), si Venezuela "es una dictadura" ("esta era muy fácil, venga, responda", le ha conminado) o si su mujer Begoña Gómez medió en el rescate de Air Europa, a lo que ha dado la misma respuesta negativa que antes había ofrecido a la senadora de Más Madrid Carla Antonelli.

Más interrupciones, intervenciones del presidente de la comisión para pedir orden a unos y otros, y a trompicones ha acabado el recorrido del PP por los casos de corrupción que según Miranda tienen a Sánchez "acorralado por la verdad", tal y como había vaticinado antes de comenzar la sesión la portavoz del grupo popular, Alicia García.

Sánchez ha cerrado el circo multipista lamentando el "lodazal" en que la derecha está convirtiendo el Senado y pronosticando que el PP lleva año y medio, con más de 90 comparecencias, buscando "algo que no va a encontrar". Se ha guardado las gafas y ha regresado a la Moncloa.

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