El centro cultural Alfonso X El Sabio acoge desde ayer, viernes, hasta el próximo día 25, una exposición de los pintores Juan Ariza y Javier López, con el nombre de Magenta 2.0. Con esta muestra, ambos artistas, que cuentan con una dilatada trayectoria en el campo de la pintura, vuelven a colgar sus cuadros en la céntrica sala portuense, situada en la calle Larga, 89.

Aunque cercanos desde el punto de vista generacional, el estilo de cada uno de los pintores ha seguido un camino diferente, aunque con un denominador común: su afición por la pintura al natural, por salir a la calle a pintar.

En el caso de Juan Ariza, antiguo profesor en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia, se trata de un pintor que utiliza en sus obras técnica mixta, con la incorporación de carboncillo, acrílico y óleo y con una temática variada. No obstante, como prueba de su pasión por la pintura al natural, los aficionados podrán contemplar entre las obras expuestas trabajos procedentes de concursos de pintura rápida, que no fueron premiados en su día pero han merecido el 'indulto' por parte de su autor, que ahora considera interesante darlos a conocer al público. En estas pinturas predomina el paisaje urbano de localidades como Benaocaz, El Cuervo, Málaga, Cádiz y El Puerto.

Por su parte, Javier López es también un gran aficionado a pintar en la calle, un viajero y explorador que recorre geografías urbanas para plasmar en sus cuadernos sugerentes rincones. Se podría calificar como documentalista, y en su trabajo hay mucho de fotógrafo, por su facilidad en el manejo de la acuarela. A base de trabajo y con el aprendizaje de trucos y técnicas de grandes acuarelistas, es capaz de pintar un cuadro en un tiempo récord. Y además con una extraordinaria calidad. Sus cuadernos de viaje son como álbumes fotográficos, que inmortalizan los perfiles de cualquiera de las ciudades que visita con el grupo 'Scketchers Bahía de Cádiz', formado por artistas plásticos que se reúnen periódicamente para salir a la calle para pintar al natural. Javier López siempre lleva a mano una caja de acuarelas, pinceles y un cuaderno de pintura para tomar cualquier apunte que le pueda salir al paso. En la exposición, se podrán ver no obstante acuarelas de un formato mayor, sin trazos de dibujo con tinta china. Se trata por lo tanto de una exposición de la obra de dos pintores dinámicos, en los que sobrevive el espíritu de aquellos artistas ilustrados que acompañaron a Napoleón para documentar las maravillas durante su famoso viaje a Egipto. Aunque el ámbito geográfico en el que plasman sus trabajos sea más modesto, el espíritu que les mueve es el mismo: trasladar al lienzo el pulso de la vida cotidiana. Por eso la pintura de ambos artistas nunca envejece.