Valdelagrana cierra su peor verano

Medidas como la implantación de la zona naranja han tenido una fuerte repercusión entre el público que frecuenta la barriada · Los bares y restaurantes culpan a la crisis económica del resultado de esta temporada

Los comercios cercanos a la playa aseguran haber vivido su peor verano.
Los comercios cercanos a la playa aseguran haber vivido su peor verano.
Pilar Medrano / El Puerto

03 de septiembre 2012 - 01:00

Con el cierre de agosto la temporada veraniega llega a su fin y los comercios hacen balance de estos meses en Valdelagrana. La inesperada zona naranja llegó por sorpresa para muchos, sobre todo para los turistas que se trasladan a la barriada exclusivamente a pasar las vacaciones. Lo que desde el Ayuntamiento se planteó como una iniciativa que tendría buenas repercusiones en la población portuense, no parece responder a esas expectativas al hacer la cuenta final.

Los comercios de tipo bazar de Valdelagrana coinciden en la desaparición del 'turista de paso', aquel que venía a echar un día de playa y paraba a comprar un detalle, unas zapatillas o un vestido playero. Este tipo de ventas eran las que dejaban más beneficios en los bazares y hacían que los comercios tuvieran los beneficios propios de estas fechas.

La tienda Chorraditas está situada en un lugar privilegiado, pues hace esquina entre la avenida de la Paz y el paseo marítimo. Aún en primera línea de playa y siendo la primera tienda de este tipo en Valdelagrana, Chorraditas lleva sufriendo las pérdidas provocadas por la crisis económica unos cuantos veranos. A ello suman este año la desaparición casi al completo del 'turista de paso', de lo que culpan directamente a la zona naranja. "El que venía a la playa pasaba por delante de mi tienda y siempre, el que más y el que menos, compraba algo bien para echar el día o como recuerdo de aquí para algún familiar. Hoy nadie compra nada porque si vienen en coche, ese dinero lo dejan en pagar la zona naranja y otros muchos directamente se han ido a otras playas", comenta con desdén la dueña de la tienda. "Estamos abocados al cierre y el Ayuntamiento no colabora para fomentar el turismo en Valdelagrana, todo son impedimentos y nuevos impuestos a los que casi no podemos hacer frente", continúa. Habla de nuevos impuestos al referirse al que pagan desde hace unos años por la terraza que montan fuera de la tienda dejando a la vista del visitante los artículos de su tienda, además del que pagan por el toldo.

Otro punto importante en el que coinciden los vendedores es la poca efectividad que hay en cuanto a la venta ilegal, pues erradicarla debería ser una prioridad por parte de las autoridades en favor de los negocios que sí tienen en regla los papeles de las tiendas y pagan los impuestos correspondientes.

Los bazares chinos se han multiplicado estos últimos años en Valdelagrana, algo que enfrenta directamente las ventas con los negocios de toda la vida. Los bajos precios que ofrecen en algunos artículos, la pluralidad de cosas que pueden encontrarse en estas tiendas o los horarios tan flexibles y extensos que tienen son los que en muchas ocasiones hacen que los turistas opten por esta opción.

Pero no todos los comerciantes tienen la misma reticencia sobre estos negocios, pues algunos como Paco, dueño del Bisur que se encuentra en el paseo marítimo, confía en el valor y la calidad de su mercancía de la que afirma que "incluso mis precios en algunos artículos son más baratos y de mejor calidad, pero la cultura empuja a la sociedad a optar por los grandes bazares, cosa que no termino de entender". Respecto a la zona naranja cree que no ha sido el principal causante de la caída de las ventas, pero sí pide que esta misma gestión se lleve a cabo en todas las playas de El Puerto, tachando de discriminación hacia los comerciantes el hecho de haberlo hecho solo en esta.

En lo que sí coinciden, ya no solo los comerciantes sino también los propios residentes de Vadelagrana, es en el abandono generalizado que sufre esta barriada. La falta de papeleras, el trastorno que sufren los horarios de autobuses o la falta de actividades para promover el turismo son algunas de las carencias que padecen los residentes.

Vecinos, turistas y comerciantes están de acuerdo en el olvido en el que vive Valdelagrana por parte del Ayuntamiento.

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