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Patrimonio Histórico

El Puerto: Una nueva imagen para las murallas del antiguo castillo de Santa Catalina

Una panorámica desde el paseo marítimo de Puerto Sherry del conjunto de los cuatro lienzos de muralla donde está prevista la intervención de la Demarcación de Costas.

Una panorámica desde el paseo marítimo de Puerto Sherry del conjunto de los cuatro lienzos de muralla donde está prevista la intervención de la Demarcación de Costas. / Julio González

El proyecto para rehabilitar las murallas del antiguo Castillo de Santa Catalina, en El Puerto de Santa María, contempla la demolición de partes del conjunto y la construcción de pantallas de hormigón para unir los tramos antiguos de muralla con otros nuevos, lo que cambiará por completo la estampa evocadora de esta fortaleza parcialmente derruida junto al mar. Fuerte Ciudad conserva en parte, aunque afectada por el deterioro y el vandalismo, una imagen romántica, que pese a estar urbanizado el entorno no ha perdido por completo.

Está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y formó parte del sistema de fortificaciones de costa del litoral de El Puerto. El complejo defensivo se construyó en el siglo XVIII, aunque incorporó edificaciones anteriores, como una torre compacta de piedra y mortero, y una antiquísima ermita de finales del siglo XV que da nombre al fuerte. En su origen, el castillo de Santa Catalina cumplía una doble función: proteger la entrada a la Bahía y al gran estuario del Guadalete.

En primer término, el trozo de muro suelto que se prevé demoler para construir uno de los nuevos lienzos de hormigón. En primer término, el trozo de muro suelto que se prevé demoler para construir uno de los nuevos lienzos de hormigón.

En primer término, el trozo de muro suelto que se prevé demoler para construir uno de los nuevos lienzos de hormigón. / Julio González

La ocupación humana en este saliente de la costa de El Puerto, que se mantuvo libre de edificaciones modernas hasta los años 70, se remonta a tiempos remotos. Muy cerca se encuentra el yacimiento de El Aculadero, en la que fue la playa de ‘La Colorá’ (actualmente Puerto Sherry), en cuyos taludes de arcilla roja se hallaron herramientas de piedra del Paleolítico superior, y que está documentado por los arqueólogos como uno de los primeros lugares del continente euroasiático habitados por el hombre.

En el subsuelo y en los taludes costeros del Castillo de Santa Catalina han aflorado también restos de época púnica y romana, antiguas figurillas humanas, tarros de vídrio, dados mágicos o restos de cerámica. El lugar constituyó en la antigüedad, según los indicios arqueológicos, un asentamiento vinculado a cultos religiosos o esotéricos, mucho antes de que se construyera el castillo.

La zona posterior de las murallas será rellenada en su totalidad una vez realizado el cierre con las nuevas pantallas y la consolidación de los lienzos antiguos. La zona posterior de las murallas será rellenada en su totalidad una vez realizado el cierre con las nuevas pantallas y la consolidación de los lienzos antiguos.

La zona posterior de las murallas será rellenada en su totalidad una vez realizado el cierre con las nuevas pantallas y la consolidación de los lienzos antiguos. / Julio González

De la antigua fortaleza, parcialmente vencida por el mar, se pueden contemplar aún algunos restos, como su arco de entrada y sus murallas, de las cuales varios tramos se hunden verticalmente en la arena de la playa. Los lienzos de muralla que aún se mantienen en pie, vistos desde las terrazas de Puerto Sherry durante el ocaso, ofrecen un espectáculo insólito, romántico y poco común.

El castillo de Santa Catalina tiene sobradas razones para estar declarado Bien de Interés Cultural (BIC). Ha transitado episodios dramáticos de la historia de España: desde su vieja torre se avistó la llegada de varios barcos maltrechos de la batalla de Trafalgar, que naufragaron en sus inmediaciones y cuyos supervivientes fueron socorridos por su guarnición; sus soldados vivieron en 1702 la llegada de una flota invasora anglo-holandesa, dejando grabados en los muros del castillo la silueta de aquellos temibles navíos. Pero la ruina de Fuerte Ciudad no se debe tan sólo al paso del tiempo, al abandono, al vandalismo o a los temporales marinos.

Las obras para reparar las murallas costarán 1,5 millones de euros, con un plazo de 6 meses

Fue volada a propósito durante la Guerra de Independencia, a principios del siglo XIX, para que las tropas napoleónicas no pudieran usarla como baluarte contra la ciudad de Cádiz. Desde entonces no ha vuelto a ser reconstruida.

Es posible que en aquella voladura controlada cayeran algunos de los lienzos de muralla que faltan y que van a ser ahora reconstruidos.

Un cartel avisa del peligro de desprendimiento a los usuarios de la Playa de La Muralla. Un cartel avisa del peligro de desprendimiento a los usuarios de la Playa de La Muralla.

Un cartel avisa del peligro de desprendimiento a los usuarios de la Playa de La Muralla. / Julio González

El proyecto de reparación contempla la demolición de trozos de muralla sueltos y un lienzo situado en la zona intermareal de la playa, del cual se conserva tan sólo la parte inferior. Esos grandes bloques de piedra ostionera se eliminarán para ser fragmentados y utilizados como rompeolas en la base de los muros que están completos, dejando despejada la playa para trabajar sobre los cuatro grandes lienzos de muralla que se mantendrán en pie tras las demoliciones previstas.

Fue volada en la Guerra de Independencia y desde entonces no ha sido reconstruida

Los sobrantes de muralla se derruirán “para evitar posibles derrumbes que causen problemas mayores”, y sus restos se usarán para rellenar los socavones existentes en la parte baja del lienzo más metido en el mar, que tiene los sillares erosionados por efecto del oleaje.

Acto seguido se desbrozará y repararán las grietas de las murallas, mediante medios mecánicos y manuales. La intervención contempla el recalce mediante la inyección de mortero de hormigón a gran profundidad para sujetar los muros desde sus cimientos, instalándoles en la parte posterior un anclaje de cables, que quedarán ocultos una vez completada la reparación del espacio amurallado.

Un operario de limpieza en la playa de La Muralla. Un operario de limpieza en la playa de La Muralla.

Un operario de limpieza en la playa de La Muralla. / Julio González

Para cerrar dicho espacio y con objeto de compactar el conjunto, aunque modificando de manera significativa su imagen actual, se consolidarán los lienzos antiguos con la construcción de nuevos muros de hormigón, que se apoyarán sobre el terreno con una zapata corrida, retranqueados en relación a la alineación de los muros originales para sujetarlos.

Además, según el proyecto, “estos nuevos muros no tendrán revestimiento en la parte delantera, dejándolos con el acabado de hormigón visto, para que se diferencien del original”, de manera que se distingan unos tramos de otros. Con ello, se garantizará una correcta unión entre los lienzos antiguos y los nuevos, sirviendo estos últimos de arriostramiento (sujeción). Una vez ejecutados los tramos nuevos de muralla, se rellenará la parte posterior (entre los muros y el talud) con una capa de piedra y arena compactada y bloques de porexpan (un material ligero), completándose el relleno en la zona alta con suelo natural, de manera que la nueva muralla quedará unida al terreno del castillo, eliminando la distancia actual, producto al parecer de la erosión. Esto permitirá rematar el conjunto con un paseo peatonal y un mirador con vistas a la playa.

La ejecución del proyecto, elaborado por la empresa A.C.L. Estructuras S.L. fue anunciada en el mes de febrero por la Demarcación de Costas Andalucía-Atlántico, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, con un presupuesto de 1,5 millones de euros y un plazo de seis meses una vez que arranquen las obras.

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