David de la Encina fue alcalde de El Puerto entre los años 2015 y 2019, encabezando un pacto en principio a tres bandas con Izquierda Unida y Levantemos El Puerto, y después en solitario con Izquierda Unida. No fue aquél un mandato fácil en El Puerto y como cabeza visible del gobierno sufrió un gran desgaste personal. A pesar de ello el candidato socialista se ha vuelto a hacer con la candidatura a la Alcaldía en El Puerto y se enfrenta con ganas renovadas al reto de volver a ocupar el sillón de la plaza Peral, tras un mandato en la oposición convulso y lleno de asperezas entre el gobierno municipal liderado por el popular Germán Beardo y los grupos de la oposición municipal, de izquierda a derecha pero con especial virulencia en el caso del PSOE.

A pesar de su buen carácter y de ser una persona afable, en estos últimos cuatro años ha habido momentos en los que lo han sacado de sus casillas, en especial el portavoz del PP, Javier Bello, con quien ha tenido serios encontronazos. Esa imagen de acritud en el discurso que se ha podido ver en algunos plenos no es la que tienen de él quienes le conocen mejor, que destacan de David que “es una persona muy responsable y seria, y un trabajador incansable”.

Una de las críticas que lastró su anterior campaña, y de la que ha salido airoso en los tribunales, fue precisamente la de haber cobrado sin acudir al trabajo en una empresa de la administración autonómica durante la campaña para las elecciones de 2015, una acusación que aprovechó a fondo el PP para atacarle duramente y que finalmente se ha quedado en nada, ya que los tribunales estimaron que el trabajo se había realizado íntegramente.

Desde su equipo destacan también que “parece que tiene un chip en la cabeza porque se acuerda de todo y de todos por mucho tiempo que pase. Es buenísimo para gestionar ya que sabe llevar cualquier tema adelante, el mejor alcalde que podría tener El Puerto”, insisten.

Además de esa gran capacidad de trabajo, su entorno considera que es “muy exigente consigo mismo y muy inteligente, es raro que algo se le pase porque suele estar encima de todo”.

Como cabeza del su equipo una de las cosas que les inculca y que marca como prioridad es que “hay que preocuparse por los problemas de las personas uno a uno”.

Muchas de las personas que lo conocen valoran su sencillez, su cercanía y su amabilidad, y suelen sorprenderse por su capacidad para retener datos y saber aplicarlos de la manera adecuada. “Saluda a todos por su nombre”, destacan, y valoran también “su gran sentido del humor y su preocupación y comprensión por quienes le rodean. Se preocupa por su equipo y si hay que ayudar a alguien lo hace sin dudar”, afirman.

David de la Encina tiene tres hijos, una chica de 19 años que está ya en la universidad, un chico de 17 años y la más pequeña, Miriam, de cuatro años, que nació siendo él aún alcalde de El Puerto.

De la Encina sabe a lo que se enfrenta cuando aspira a repetir al frente de la Alcaldía portuense, pero cree que merece la pena intentarlo.

David de la Encina, de niño.