La noticia llevaba un tiempo sobrevolando el ambiente, pero este miércoles ha quedado prácticamente confirmada: no habrá Concurso del Falla en 2021. No en sus fechas habituales y tampoco en abril o mayo, tal y como se venía especulando, pues los ensayos tendrían que comenzar en enero y para entonces tampoco se espera que pueda existir una vacuna viable. Una reunión mantenida hoy en el coliseo gaditano ha acabado por despejar las dudas ante la complicada situación sanitaria a causa de la pandemia provocada por la Covid-19.

Los riesgos y restricciones que trae de la mano el coronavirus convierten en una quimera la celebración del certamen de coplas tal y como lo conocemos. Desde los ensayos, limitados a diez personas no convivientes según las normas actuales, a la limpieza del teatro, la limitación del aforo, los accesos… Un sinfín de complicaciones pero nada comparado con lo que supondría un positivo durante el Concurso en el público, agrupaciones o personal del teatro: paralización del certamen al menos durante 15 días, desinfección a fondo, pruebas PCR para todos…

Descartado por desgracia el Concurso, ¿qué alternativas hay? Este mismo miércoles el Ayuntamiento ha adelantado la celebración de una mesa de trabajo para estudiar distintas propuestas para ayudar al mundo del Carnaval, un sector que además de agrupaciones incluye a artesanos, maquilladores, costureros, etc. Las pérdidas de no haber certamen en el Falla serán importantes y la primera idea es “la solicitud a la Junta de Andalucía de subvenciones y ayudas al tratarse el Carnaval de Cádiz de un Bien de Interés Cultural (BIC)”. Más allá de la tradición, son muchos los que tienen la fiesta como su modo de vida.

Jonathan Pérez Ginel, autor este 2020 de la comparsa finalista ‘Los aislados’, ha sido de los primeros en esbozar una propuesta para paliar los efectos de la pandemia en el sector. En una publicación en redes sociales el pasado 6 de agosto, proponía “fomentar desde el Ayuntamiento una potente programación de Carnaval desarrollada en nuestro Gran Teatro Falla de Cádiz”, pues “si El Rey León es capaz de llenar fin de semana tras fin de semana, nosotros también”.

Pérez Ginel cree que estas actuaciones “deberían ser con decorado y maquillaje para favorecer a las empresas que se verán muy afectadas por la ausencia del COAC 2021. De este modo, potenciaríamos el turismo en nuestra ciudad, trayendo periódicamente aficionados a nuestros hoteles, restaurantes y comercios, asumiendo de una puñetera vez que el Carnaval es uno de los mayores activos y atractivos de nuestra ciudad y que su explotación debe realizarse para y por los gaditanos”.

La propuesta del autor de ‘Los aislados’ va en sintonía con las que manejan otros carnavales como el de Santa Cruz de Tenerife. Aunque aún no hay decisiones en firme, según publica El Día, una exhibición o festival se plantea como alternativa al tradicional Concurso de Murgas tinerfeño. Dentro de su batería de peticiones, una de las propuestas más curiosas es que las murgas solicitaron a Fiestas cobrar la contratación, incluso si se trata de una exhibición y por tanto sin repertorios inéditos, con “la obligatoriedad de sacar un nuevo disfraz”.

El Carnaval Romano de Mérida, por su parte, ha quedado suspendido “al no poder garantizarse las medidas preventivas frente a la Covid-19, ya que no se puede controlar la cantidad de público que hay en la calle o en la carpa”, según las palabras del propio alcalde, Antonio Rodríguez Osuna.

Sin Carnaval en la calle y sin Concurso, tanto las agrupaciones como todos los gremios relacionados con la fiesta se enfrentan a la posibilidad de un año completamente en blanco. Tirar de festivales, buscar el apoyo municipal o simplemente desquitarse regalando en redes las coplas que no podrán cantarse en el Falla son las pocas alternativas que quedan a un mundo del Carnaval en jaque a causa del maldito virus.