coro

Los grasiosos

El tipo. Bromistas con multitud de objetos de 'El Millonario'. Las coplas. No pueden ocultar que su papel en el coro es intentar hacer reír, aunque quieran volverse como cualquier otro coro. En esta ocasión, su lado humorístico no brilla, ya que lo que destaca es la parte seria. De hecho, contrasta, a pesar de ser grasiosos, lo serios que se vuelven en el primer tango, en el que tratan el problema del acoso escolar reflejado en su hijo. Un padre que obligaba a su niño a que fuera al colegio para que no fuera un burro como él, pero la escuela se volvió un calvario. Por ello, intentan que el pequeño vuelva a confiar en la palabra amistad y piden que nos unamos contra esta "lacra". Bien montada la segunda pieza, en la que explican lo que debe ser un tango al ir añadiendo poco a poco las voces y la instrumentación. Una composición que está por encima de los patosos y del botellón. Pinchan en los cuplés. En el primero, vigilan a su cuñado que dice que pesca seis zapatillas en la Bahía y lo ven un lunes corriendo con seis zapatillas y dos pares de tenis delante de los gitanos, mientras que en el segundo su hijo constata que la Policía es la Patrulla Canina. Estamos para pocas bromas.

Puntuaciones de cuartos Puntuaciones de cuartos

Puntuaciones de cuartos

En preliminares

las coplas. La gracia de Cádiz envuelve a la fiesta más pagana. Una etiqueta de coro gracioso que se quieren quitar, por lo que se vuelven serios, como los demás. Pero, como buenos bromistas, regresan al humor... que es lo que le falla al coro de Guimerá, su razón de ser en la modalidad. Pero no cuaja el repertorio desde la presentación, en la que dan un giro al desvelar su tipo de bromistas. No fallan en la música del tango, que se inicia con una falseta con el sello de su autor en la que las guitarras se convierten en protagonistas en un remate que sirve de preludio de un tango sencillo, sin aspavientos y que luce más en el trío con el compás que marcan los bordones de las guitarras. En la primera letra, de presentación, se quitan de encima la fama de graciosos por salir en una agrupación y se la traspasan al público, los verdaderos graciosos porque al sonreír y disfrutar son los que alegran la vida. En la segunda, de pluma dura, no se les parte el corazón por la muerte de Rita Barberá frente a los  "están muriendo de frío y soledad durmiendo en cualquier rincón". Un tema con el que no aciertan en las formas al darle la vuelta para denunciar que el país se pudre por la corrupción. Tanda regular de cuplés a la excusa que le dan a sus mujeres de haberse peleado con un payaso asesino tras llegar de una borrachera y a Vicente, un presidente de comunidad que es un dictador y quiere el chándal de Fidel Castro. No estamos para bromas.

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Puntuaciónes COAC 3 / Miguel Guillén

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