De la comparsa al cuartetoCuando el coplero de Santa María le escribió al Peña"El cuarteto estaba bastante bien, pero el ambiente de la final se crispó""Es la modalidad más complicada, pero tengo un buen recuerdo""Ha sido nuevo para mí combinar el humor gestual con el de palabra"

Antes de que Antonio Rivas se lanzara a componer 'Los astromantas', otros autores de comparsas probaron con los dos palos

Tres grandes como Martín, Romero y Quiñones realizaron una incursión en la difícil modalidad

P. M. Espinosa / J.m.s.reyes

18 de enero 2018 - 02:06

Sí, ocurrió. Grandes autores de comparsas que muchos lectores ni se imaginan escribieron en su día un cuarteto. De lo más serio a lo más cachondo. Como este trasvase de modalidad para los copleros no es habitual, y aprovechando que este año Antonio Rivas ha probado en la modalidad más difícil, traemos a estas páginas los testimonios de tres de ellos y sus experiencias con el mundo de los dos palos, más la historia de cómo Pedro Romero fue letrista, nada más y nada menos, del cuarteto del Peña. Todos coinciden en que se trata de la modalidad más difícil. Y hubo más autores que hicieron comparsas y cuartetos. Entre ellos, Agustín González 'Chimenea' y Ricardo Villa.

Pedro romero

Pedro Romero, tan sensible y tan literario en sus letras, sorprendía en 1984 llevando al Falla un cuarteto: 'Una de historia a la plancha'. Nada más y nada menos que el del Peña, El Masa y los hermanos Scapachini. Un cuarteto que venía de completar una estupenda trilogía con 'Grandes relatos' (1981), 'La boda del siglo' (1982) y 'Dallas' (1983): escritos por Manuel Rosales Agüillo, curiosamente autor en la sombra de los cuplés de algunas comparsas de Romero. En las fichas de las agrupaciones que Diario de Cádiz publicó los días previos al Concurso de 1984, los componentes se mostraban muy satisfechos con el repertorio de Pedro Romero. Preguntados por cómo el autor "ha conseguido temas donde predomina la gracia cuando precisamente su fuerte nunca han sido los cuplés", la respuesta del grupo fue "las parodias son elegantes, pero con mucha gracia e ironía. Para nosotros ha sido como un cambio de táctica al cambiar de entrenador".

El cuarteto debutó en la sesión de noche del miércoles 22 de febrero de 1984, cantando en la segunda vuelta de semifinales la tarde del domingo 26. En la crónica de este rotativo se decía que el cuarteto "no respondió a las expectativas, apareciendo en la misma línea descendente que ya iniciaron el año pasado". El cronista destacó, sobre todo, los detalles del tipo. El Peña representaba a Felipe II, El Masa a Francisco de Goya, Paco Scapachini como Juan de Austria y su hermano Pepe en el papel del Cid Campeador.

'Una de historia a la plancha' alcanzó la final junto a 'Las primerizas' de Juan Rivero, que se llevó el primer premio, y 'Goma-2' de Antonio Martín, que se retiró del escenario y no fue calificado. A pesar de la retirada de este grupo, el jurado decidió que el segundo premio quedase desierto, dándole a 'Una de historia a la plancha' el tercero.

antonio martín

Antonio Martín, el autor más laureado de la historia del Carnaval de Cádiz, con primeros premios en comparsas, coros y chirigotas, también se dio su garbeo por la modalidad más difícil y cruel, la que ha sufrido los mayores arañazos de ese público que se torna feroz cuando huele la sangre: el cuarteto.

Corría el año 1984 cuando un Martín en pleno apogeo tras su triunfo con 'Agua clara' llegó al Concurso con otra pedazo de comparsa: 'Andaluces por el mundo'. Pero no fue la única comparsa que metió en la gran final, una gran final que vendría marcada por aquella histórica edición del Diario de Cádiz en la que se anunciaron los premios cuando aún quedaban grupos cantando. Aquella filtración tuvo alguna consecuencia más, aparte del consabido giro en los premios que el jurado decidió dar después de que uno de sus miembros se fuera de la lengua. "El cuarteto estaba bastante bien -recuerda Antonio-, pero el ambiente en el teatro se crispó tanto de repente que los mismos chistes que habían resultado en las dos funciones anteriores enfadaron al público, que lo pagó con el grupo. Ellos se bloquearon y se retiraron, por lo que se echó el telón y el jurado los descalificó. Al final fueron ellos los que pagaron el pato".

Martín nos cuenta cómo se forjó su experiencia, cómo surgió aquel 'Goma-2' aún recordado por muchos. "Pues la idea surgió de un gran cuartetero y chirigotero, como era el Salvi. También se sumaron el Tomate de San Fernando y el Joti, y otro chaval del que no me acuerdo el nombre. Yo me enrollé bien con la idea, pero sobre todo es que los cuatro dominaban la modalidad, eran bichos escénicos. Yo hice musicalmente todo lo que se pudo hacer y ellos fueron concretando las parodias. Está claro que la única forma de hacer un cuarteto es sentarse en una buena mesa a echar un gran ratazo y apuntar los chistes y las ocurrencias que van surgiendo".

Después de aquella experiencia Martín no volvió al cuarteto. "Todo el mundo sabe que es la modalidad más complicada. Como no tengas gente de nivel es imposible hacer nada, porque el escenario está muy desnudo con tres o cuatro personas intentando hacer reír. Lo que pasa es que aquel año en concreto 'Goma-2' llevaba gente muy experta que supo defender bien el repertorio hasta que llegó ese momento crítico en la final en que resultó imposible seguir cantando".

Antonio Martín no concursa este año pero sí que está pendiente del Concurso. "Lo sigo en la distancias, algunas noches mientras ensayamos para el pregón del Dios Momo, que en el fondo no deja de ser otro pregón y hay que dedicarle tiempo", dice.

joaquín quiñones

Joaquín Quiñones, otro de los grandes nombres de la comparsa, participó en la confección del repertorio del cuarteto 'Autorretrete' en el año 1986, el mismo en que llevó al Falla una de sus creaciones más recordadas, 'Orfebres', toda una joya de la historia de la modalidad.

Quiñones hace memoria para viajar hasta esa época y recordar cómo surgió la idea. "En aquella época yo tenía mucha amistad con Mauricio, que había salido antes con los Scapachini y que era un buen cuartetero. A través suya y de un vecino me propusieron hacer el repertorio del cuarteto. Total, que me me lo pensé y me decidí".

Quiñones asegura que aquel año "estaba de moda un programa que hacía Pablo Lizcano de entrevistas y que se llamaba Autorretrato, así que por ahí se me ocurrió lo de 'Autoretrete'. Estaba de moda la bodeguita de la Moncloa de Felipe González y pensamos que uno iría de camarero de esa bodeguita y los otros dos de políticos que habían salido de una comida allí con el presidente".

Quiñones recuerda incluso a los integrantes del trío. "Uno era Santi, que tenía una jartá de gracia y había salido con Rivas en 'TBO'. También estaba el citado Mauricio y Bernardo Cala, que era otro gran chirigotero".

El cuarteto actuó dos veces en el Falla, una de tarde y otra de noche, como era preceptivo entonces, aunque no pasó a la final. "Yo recuerdo que no me quitó mucho tiempo hacerlo. Pepito El Guitarra hizo la música del cuplé y Pepe Benítez, que en paz descanse, me puso la voz en off en la presentación, en la que hacíamos una parodia del programa en cuestión". Quiñones también recuerda que Arsenio Cueto, entonces propietario del Mesón El Duque, situado en lo que hoy día es el Arsenio Manila que regenta su hijo Raúl, fue quien patrocinó al cuarteto. "Entonces muchos grupos íbamos a cantar al Duque, y el bueno de Arsenio nos hizo el libreto y nos permitió hacer los tipos". Al año siguiente el trío no repitió "porque uno de sus componentes entró a trabajar en la ONCE y lo destinaron a Rota".

Como Martín, Quiñones también sabe lo que es hacer coros. "Estuve en los dos primeros años del coro de Paco Mora, pero componer tangos sí que me quitaba mucho tiempo para mi comparsa. Yo creo que la modalidad de cuartetos es la más complicada de todas, pero yo tengo un buen recuerdo de aquel año", finaliza.

Antonio rivas

Le quedaba pendiente a Antonio Rivas el cuarteto, la única modalidad que no ha tocado en su extenso historial. Y se ha estrenado este año con 'Los astromantas', que hizo un buen pase en su debut en este COAC y dejó en el coplero una sensación "de alivio". ¿La causa? Con un cuarteto se corre más riesgo. "Se sale al descubierto, a porta gayola, menos resguardados que con un coro, una chirigota o comparsa, modalidades que correctamente tratadas y a poco que estén afinadas, no hay peligro de abucheos, todo lo contrario que ocurre con el cuarteto", dice Rivas. Temía que no funcionaran los primeros chistes y el público empezara con la guasa. "Encima, los espectadores estaban esperando los dos platos fuertes de la sesión: Carapapas y Vera Luque. En esos casos parece que los que van delante estorban. El público quiere escuchar ya lo bueno, pero menos mal que estuvimos bien. Esas sensaciones de que funcionen los chistes no las vivía desde que hacía chirigotas", explica.

Alcanzado el primer objetivo, que era "no salir con los pies por delante y divertir", el cuarteto está ensayando para su posible pase de cuartos. Antes de hacer un cuarteto, Antonio Rivas quiso probar con un romancero, aunque nunca materializó su intención. "Quería experimentar para ver si era capaz de hacer luego un cuarteto clásico y rimado, pero me surgió esta oportunidad y me lancé", señala.

A diferencia del proceso de elaboración para agrupaciones de otras modalidades, el coplero señala que componer cuartetos "es más divertido. Ha sido nuevo para mí combinar el humor gestual y el de palabra. Y es clave apoyarse en los intérpretes. Cada uno tiene una cualidad y cada chiste le viene bien a uno u otro".

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