No aguantan más. Llevan meses ensayando, muchas semanas apurando letras y demasiado tiempo metiéndose en el tipo, así que están deseando soltarlo. La chirigota de Puerto Real ‘No aguantamos más... vamos de impacientes’, la gran revelación del pasado año, llega este año a las tablas del Falla sin perder de vista el reloj y el tiempo.

Tanto, que del Café San Felipe, donde se transformaron en su impaciente personaje, salen casi que corriendo para el templo de las coplas, con el peine incrustado en la peluca, un boli gigante para hacer click sin parar, los cordones desatados y muchos relojes por todos lados, incluido en el estampado del chaleco que visten, “porque el tiempo es fundamental para nosotros, nos ponemos nerviositos”, explica Fermín Coto, autor de la chirigota junto a Antonio Jesús Domínguez Rodríguez. “Y quiero aprovechar para recalcar que la chirigota es de los dos, no sólo mía, los dos aportamos por igual” a un repertorio que de nuevo viene con la música del gaditano Sergio Guillén Bancalero ‘El tomate’, “con el que trabajamos de categoría, se enrolla mucho con nosotros”, asevera.

Fermín Coto es consciente de todo lo que consiguieron el pasado año cuando concursaron con ‘Si yo dijera lo que pienso’, nada menos que sorprender con una original propuesta a un público que difícilmente se deja sorprender en estos tiempos de humor instantáneo, de redes sociales y whatsapps, de modo que sabemos “que se nos exigirá un poco más, pero vamos, que eso también le da su morbo a la chirigota”, ríe.

Así que este año regresan del mismo modo con ganas de impresionar, “ya no tanto en la idea como en el repertorio, en el que también hemos intentando innovar”, afirma este chirigotero que asegura venir “a por todas, a conseguir lo del año pasado –que llegaron a la semifinal– como mínimo”. Después, añade, “que pase lo que tenga que pasar, que pondremos buena cara”, comenta.

Porque el estereotipo de hombres impacientes lo tienen muy presente, tal y como se constató el día en que comenzaron las inscripciones en el COAC, pues fueron los primeros en hacerlo, “claro, no podíamos esperar ya más tiempo”, ríe de esta curiosa anécdota.

Con tres novedades en sus filas por cuestiones laborales, la chirigota se presentó en el Falla con un forillo obra de Artevida Factory, de Álvaro Ortega, que los situaba en la plaza de las Flores, nerviosos y dispuestos a impacientarse por cantar y hasta por ganar y, de paso, “disfrutar del Carnaval como el pasado año”. Está claro que ya no aguantaban más.