Entrevista con José Antonio Vera Luque | Autor de 'Los Cadizfornia'

“Hemos dado una vueltecita de tuerca a algunos aspectos de la chirigota”

  • Lo prometido es deuda para el autor de ‘Los Cadizfornia’ que regresa a la competición tras un año de descanso en el que experimentó el éxito en la calle con su cuarteto

Entrevista a José Antonio Vera Luque / Julio González (Cádiz)

En el mismo lugar, el Café de Levante, en la misma mesa y a la misma hora que hace un año, José Antonio Vera Luque, uno de los más laureados autores de chirigota de los últimos años, nos cita cumpliendo una promesa. “El año que viene vuelvo seguro, ya nos veremos aquí y te contaré...” No nos defraudó.

–Siempre cumple un pacto cuando es entre caballeros...

–(Ríe) Como te dije, teníamos claro que era un año, estaba en nuestra hoja de ruta, pero una vez que ha pasado el año, también te digo que no hubiera pasado nada si hubiéramos descansado un segundo año. Estar un año sin Carnaval no es algo para tirarte de los pelos, pero sí que había ganas, ¿eh? Y ya estamos otra vez en el lío con las pilas recargadas.

–¿Qué echa de menos del año sabático?

–La tranquilidad y el no estar a estas alturas comiéndome el coco y pendiente de tantas cosas. Supongo que es por el primer día, que es muy puñetero, que hay que estar en mil cosas. Y, después, me imagino, que si se da bien la historia, echaré de menos durante el año ese tiempo que he tenido para hacer más cosas durante los fines de semana y vacaciones. Vamos, espero, porque si estoy ocupado es buena señal.

–¿Cómo fue la experiencia en la calle con ‘Los sepultureros del Valle’?

–Mira, me ha pasado una cosa hace unos días. Me para uno por la calle que iban con unos cascos y me dice, “ahora mismo estaba escuchando...” y yo me creí que me iba a decir ‘Los machomen’ o algo así... “Los sepultureros del Valle, y me estoy hartando de reír”. Y me quedé muerto, no me lo esperaba, porque el cuarteto se hizo de aquella manera. Vamos, a estas alturas del año pasado no teníamos apenas nada, pero lo sacamos porque nos apetecía, porque, sobre todo, éramos los que empezamos en esto (Selu Piulestán y Paco Chouza).

"Creo que sería un riesgo muy grande llevar ahora al Falla un cuarteto como el que me gustaría hacer”

–¿Y no les ha picado el gusanillo de volver a las tablas del Falla con un cuarteto así?

–A ver, es que a mí me gustaría hacer un cuarteto muy clásico, a ver, como el que hicimos pero mejor hecho, claro. Tengo ganas de escribir un cuarteto con la rima muy bien llevada, todo muy entonado, muy de cuarteto de los 80... Pero es que, fíjate, un día con ‘Los sepultureros’ estábamos en Moret y había mucha gente esperando a la comparsa de Martínez Ares, y había mucho público nuevo de Carnaval, del que se ha arrimado a la fiesta hace poco tiempo, y entonces le dije al Barba (Piulestán), vamos a cantar aquí mientras que esperan a Martínez Ares, y el Barba no lo veía, pero bueno, lo hicimos... Y, efectivamente, Selu no se equivocó... Y es que el público nuevo del Falla conoce un modelo de cuarteto que es el que se está llevando ahora, el de Morera, el de Javi Aguilera, Gago tiene ese punto de clásico pero yo es que sería más radical... Y como a mí no me apetece hacer ese tipo de cuarteto ahora mismo... Creo que sería un riesgo muy grande llevar al Falla uno como a mí me gustaría...

–Uy, qué poca confianza tiene usted en los aficionados... En la variedad está el gusto...

–Sí, a lo mejor tienes razón, porque a lo mejor se necesita pero, bueno, conlleva mucho ensayo y mucho trabajo porque no es cuarteto que se hubiera hecho a partir de situaciones o sketches, sino que sería un cuarteto con mucho texto, eso una parodia puede tener 60 o 70 cuartetas y son cuatro parodias... Échale... Y no digo que el otro tipo de cuarteto no tenga trabajo, para nada, pero sí otro planteamiento y, sobre todo, que yo para hacer un cuarteto del estilo que me gusta es que me tendría que dedicar en exclusiva a eso y hacerlo con mucha cabeza porque ya sabes que en el Falla los triunfos son muy guays pero los fracasos...

–Hablemos de presente. ‘Los Cadizfornia’. ¿Qué pasó con eso de ‘El busto es nuestro’?

–Pues que teníamos una idea y un tipo que en marzo nos gustó mucho, empezamos a trabajarlos pero nos dimos cuenta que teníamos por delante unas piedras en el camino que iban a ser difíciles de resolver...

–¿Con respecto al repertorio?

–No, no, a lo mejor no, quizás más temas estético y de montaje, incluso de que la gente pillara lo que queríamos hacer... Así que reculamos a tiempo y surgió ‘Los Cadizfornia’, y me alegro hoy en día porque con el otro tipo nos hubiéramos salido de nuestro camino lógico y normal... Y volver con algo tan chocante podría ser un arma de doble filo, y hasta de triple filo...

–Pues justo el pasado año me dijo que este parón quizás podía servir para dar una vuelta de tuerca al estilo de la chirigota, ¿se ha arrepentido?

–No, no. A ver con ‘Los Cadizfornia’ hay cosas nuevas y cosas nuestras muy típicas. Digamos que no hemos dado un paso gigante de evolución, o de involución, ya se verá, pero sí hemos dado una vueltecita de tuerca a algunos aspectos que queríamos dársela, para no aburrirnos, sobre todo, y también he querido escapar de ciertos recursos, de ciertas cosas que siempre has hecho y que no quieres hacer más.

–¿Inquieto?

–Lo peor ha pasado, porque lo peor para mí es terminar el repertorio que, bueno, está abierto a las partes no fijas. Pero quizás ha sido peor la tensión de los últimos días antes de terminarlo, de ver que se te va echando el tiempo encima... Es que lo he terminado con el Concurso ya empezado y eso de ver que los demás están ya cantando y que a nosotros todavía nos quedaba... Es una situación que te incomoda un poquito, sí.

–Entonces, ¿no le ha hecho gracia cantar el último día?

–No, realmente, este año me ha gustado cantar al final, no me importaba. De hecho, ha sido uno de los años que he ido con más tranquilidad al sorteo porque casi me daba igual el día. Eso sí, no me hubiera gustado ser de las primeras por el tema de la premura y tener las Navidades más pegadas. Pero de verdad que me daba igual el día e, incluso, el orden.

"El aburrimiento es el enemigo número 1 de todo, y se está llegando al aburrimiento en las preliminares"

–Es un año raro éste para la chirigota, hay esperadas vueltas, como la de su grupo, pero también pérdidas que han dejado un hueco enorme. ¿Le ha afectado?

–Es tristísimo esto... En su momento, cuando ocurrieron esas dos pérdidas, imagínate... Yo, por ejemplo, con Manolo podía tener más contacto porque éramos casi vecinos, nos veíamos más, con Juan nos veíamos poco, sin embargo, pero teníamos una relación cordial, sin ser mi amigo, pero ambas muertes me han dolido mucho. Lo de Juan Carlos... Es que como ha sido todo, el hijo tan pequeño, la manera, es que es terrible... Y es normal que todo esto trascienda en el Concurso, y no creo yo que sólo durante este año, sino en los venideros también. Nosotros, desde nuestro particular punto de vista, nos gustaría honrar la memoria de ambos en el repertorio pero no en contenido, sino en la forma. No creíamos que debíamos tirar por un pasodoble, que al fin y al cabo lo que haces es concursar con él, aunque yo respeto al que lo haga porque está claro que las coplas están hechas desde la buena fe y desde el corazón. Pero nosotros hemos intentado aplicar ciertas directrices que ellos han aplicado en su momento a sus obras y tomarlas en consideración y aplicarlas a lo que vamos hacer en matices, en puntitos, impregnar una mijita nuestro repertorio de esas cosas que a nosotros nos gustaban de ellos. Y, sobre todo, nos sentimos muy responsables.

–¿Y eso?

–Sí, porque en cierta manera nos sentimos herederos. Yo me siento, particularmente, y aunque llevemos muchos años en esto, como si me dijeran “ahora te toca”, como si me tocara cuidar esto, como cuando te daban la copa del futbito de chico que cada uno tenía una semana en su casa... Pues eso... Es como si a los que estamos ahora nos dijeran “no fallad, por favor”.

–Y por lo que lleva visto del Concurso y de la edición del pasado año, ¿se está por no fallar?, ¿hay chirigotas?

–Sí, hombre. Esta modalidad, afortunadamente, no se mantiene por unos grupos continuos aunque algunos siempre estemos ahí. Pero siempre sale gente que no te esperas, eso está comprobado que pasa todos los años, y que se suman a ese elenco de las esperadas año tras año. Y cuando falla una, viene otra por detrás y coge el sitio. Eso es bueno. Y además de la gente nueva, la gente está sabiendo reciclarse y mantenerse. Creo que la chirigota es una modalidad viva.

–En lo que llevamos de Concurso hemos escuchado un pasodoble de Martínez Ares que pedía guillotina sangrienta para la fase preliminar. Sé que el tema es ya recurrente pero como no se termina de abrir ese melón, pregunto: ¿usted apuesta por afilar la cuchilla?

–(Ríe) Bueno, bueno... A ver, yo es que creo que el peligro está en el aburrimiento. El aburrimiento es el enemigo número uno de todo, es donde no hay que llegar, y se está llegando al aburrimiento en las preliminares. Se nota en la calle. Yo no escucho en la calle que la gente hable de Carnaval todavía, esto está resultando como un preludio del momento de Carnaval en Cádiz donde la gente se mete en las polémicas... No hay mucho ambiente y ahí es donde veo yo que la gente se está aburriendo. Hay mucha cantidad pero la gente cada vez es más selectiva con lo que quiere ver. También que no se puntúe la preliminar pues afecta porque el público necesita que haya competición desde el minuto uno, que llegue uno de los grandes y pegue, y el otro le responda. La gente quiere ver juego, que haya un torneo disputado, y eso no se va a ver hasta cuartos de final. Entonces, hay 18 o 19 días con una calma chicha que no nos conviene, así que realmente hay que plantearse si es bueno seguir con este sistema y, de alguna forma, hay que buscar que esto sea ameno, divertido, porque ahora eso no se consigue ni por asomo.

–¿Y qué hacemos?

–¿La fórmula? Pues ahí se tienen que mojar los que se tienen que mojar... Desde luego, esta no es. Y no sé si la guillotina, pero algo hay que hacer, y si no es acortar la duración del Concurso en sí es acortar la duración de cada actuación de cada agrupación... Pero insisto en el concepto aburrimiento, que yo, que me gusta mucho el Carnaval, cogí con muchas ganas el primer día, y el segundo, pero a partir de ahí fue selectivo. Una sesión de Falla de sentarse a las ocho y levantarte a las doce aburre. Hoy día la preliminar aburre, eso es impepinable. Pero es cierto lo que decías que ya de esto llevamos hablando mucho tiempo, y parece que nadie le quiere dar solución, entonces eso me hace pensar que habrá otro tipo de intereses o de ventajas que tiene este sistema pero que no sabemos cuáles son... Nadie nos las ha dicho...

"El público de la Final de este año tiene la responsabilidad de recuperar el ambiente del teatro"

–Este año se ha tomado una decisión. La de no sortear las entradas de la final, ¿qué opina?

–Yo sólo te digo que tengo vínculos cercanos con gente mayor que se ha echado a llorar cuando han podido conseguir una entrada de gallinero para la Final del Falla después de muchísimos años, simplemente porque han pegado una carrera y se han puesto en una cola para sacar la entrada. Gente de la que todos los años iba a la final y que cuando se puso el sorteo, que es algo injustamente justo, los quitaron de ir. Y también conozco a gente que son auténticos picados del Carnaval, que van a todos los festivales y tablaos, que van a ir este año por primera vez en su vida a una Final. Así que creo que este sistema permite que tenga su entrada el que quiere tenerla de verdad.

–Según declaraciones de la concejala, este sistema permite que vayan más gaditanos al teatro, en el sentido de que la Final se presupone más animada. Pero todos recordamos, y usted como cuartetero supongo que lo sabe mejor que yo, de finales de Falla llenas de gaditanos pero en la barra del ambigú en esa modalidad, y en otras... Y de gente dormida también con DNI Cadi Cadi...

–Sí, es verdad, eso ha pasado. Los cuartetos en aquella época era pasarlo criminal en la Final, y también algunos coros... Pero es verdad que era una época de reventa y, también, que la Final era un acto, entonces, muy social, muy de estar en la barra... Creo que el sistema no estaba depurado todavía. Había mucho cuelo, muchísima reventa, un protocolo masivo... Pero yo creo que ahora mismo podría ser diferente, eso sí, apelando a la responsabilidad del público. Es que lo mismo que nosotros tenemos una responsabilidad, que es la de crear cada año un repertorio, mantener esto vivo e intentar evolucionar, la gente que ha tenido a bien irse corriendo a por una entrada de la Final del Falla tienen ahora mismo también una responsabilidad que es la de recuperar el ambiente del teatro que tanto se había perdido. Ellos son ahora mismo, sin quererlo, herederos de una historia que podría salir muy bonita este año. Así que a quien se haya sacado la entrada le digo que se vaya apretando los machos, igual que nosotros, y que se vaya buscando un disfraz en el Millonario mismo, que tienen la responsabilidad de no quedarse dormidos, de no tirarse en el gallinero como el que está en el camping Camaleón y estar hasta el final ahí, dale que te pego, y animando con todo lo habido y por haber.

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