Ningún tema puede ser tabú en el Concurso del Gran Teatro Falla. Menos uno tan importante y que tanto tiempo se ha tenido abandonado como es la salud mental. Dentro de una sociedad que comienza a valorar lo valiosa que es, una comparsa como la de Germán García Rendón es vital para ponerla en el foco mediático. Con un repertorio redondo, esta agrupación sigue creciendo a pasos agigantados gracias a las letras, en las que se vuelve a mostrar el compromiso por diferentes vías. Dos letras potentes de pasodobles que confirman que está en la pelea por todo. En la primera, aparece el lado gaditano del autor al contar el encuentro entre cuatro amigos gaditanos que viven en poblaciones de la Bahía por lo difícil que es encontrar una vivienda en Cádiz. Historias reales como la del propio Germán, que vive en El Puerto, para mostrar su agradecimiento a las localidades que los acogieron, pero también para denunciar que se sienten “extraños” en su ciudad. La actuación explota en el segundo pasodoble al romper con el tabú de hablar sobre el suicidio, un tema original en el Concurso y muy relacionado con su tipo. Lo hacen para lanzar “un grito de auxilio” ante una realidad como es “el final de una persona”. Por ello, denuncian que “lo que mata es el silencio”, por lo que envían un mensaje de esperanza ya que “tiene sentido seguir viviendo”. Mantienen la buena senda en los cuplés. Algo mejor el bastinazo del primero a Ana Obregón, que si hubiera parido un bebé habría salido como si estuviera en las pistas blandas. El primero solo es simpaticote al contar la obsesión que tienen por las compras por internet, por lo que tienen problemas con sus parejas al ver que les han puesto los cuernos pero que aún no les han llegado.

A la final

Cuartos de final

El tipo. La mente humana. Las coplas. Una terapia en forma de coplas de Carnaval. Un caos que encuentra una luz para poner orden en la mente y dejar que brote la esperanza. La comparsa de Germán García Rendón se confirma como una de las alternativas serias de este Concurso con un buen pase gracias a dos pasodobles muy potentes, que sirven para dar más brío a una idea muy bien desarrollada al abordar un tema como la salud mental. Más cómodo en el estilo con el que se hizo un hueco en la fiesta, la pluma coge vuelo en la primera letra, dedicada al fracaso y a cómo se trata en la educación y en la sociedad. Dentro de un mundo en el que “se ajusticia al segundón” y en el que no se puede perder, reflexiona sobre que los jóvenes crecen en la frustración “encadenados a una roca”. Por ello, denuncian con mucho acierto que se están criando niños “sin error tan infelices como sus padres”. Incluso, mejoran con una crítica de máxima actualidad al hablar de los cierres de los colegios públicos, teniendo como telón de fondo la clausura del CEIP Adolfo de Castro. Lo hacen con un velo negro y acudiendo a su sepelio, que será “uno más de los que habrá en Andalucía”. Reparten bien las culpas al recordar que fue Susana Díaz la que comenzó con la precarización de los maestros, pero apuntan claramente hacia Juanma Moreno al llamarle “asesino” por su actual política. No desentonan los dos cuplés dentro de este pase. Solo simpaticote el primero a la construcción del nuevo estadio del Cádiz, por lo que le dicen a Vizcaíno que ponga a Sobrino y Alejo a recoger escombros. Gran toquetazo en el segundo al mejor invento de la historia, que es el pasodoble de ‘La resbalaera’ a la transexual.

Muy buena.

Preliminares

El tipo. La mente humana. Las coplas. Uno siempre vuelve a donde fue feliz para poner en orden el caos que es la mente humana. Germán García Rendón vuelve a sus orígenes para tratar un tema tan de actualidad como es la salud mental. Una idea tocada con suma delicadeza y mucha inteligencia para dejar un repertorio redondo y muy necesario, sobre todo por la construcción del popurrí. Un regreso en las formas y en lo musical que hace que Germán se sienta muy cómodo para desarrollar una idea con un toque personalista. Brilla desde la presentación, que es una declaración de intenciones al mostrar su intención de salir de su laberinto para “volver a amar la vida hasta rompernos en cristales”. La búsqueda de una salida que toma tintes carnavaleros en el primer pasodoble, con una música que también vuelve a sus etapa más melódica. Un “buenos días, princesa” que sirve para recordar su etapa de OBDC y volver a estar “alejado del rebaño y feliz”, siendo “la oveja negra”. Muy buena la crítica del segundo a la España de las manifestaciones de Ferraz, un país “de bandera y odio para anclar sus privilegios”, por lo que, aunque la amnistía “me resbala”, prefieren que ellos se queden con su España. No decaen en los cuplés. Especialmente, por el juego de palabras del primero a la droga que se consume en Cádiz, que es el fentanoly. En el segundo, la derecha hace dieta sana porque se va a tirar “cuatro años comiendo nabos. La importancia de la salud mental corona un popurrí muy profundo.

Muy buena

La previa

Germán García Rendón le da un giro radical a su comparsa. Tras unos años en los que se ha apoyado en la veteranía de comparsistas como Vicente Lázaro el Lali, Francisco Sánchez Payán Pacoli, Francis Alcántara, Bubu o Andrés Sibón, entre otros, esta agrupación intentará en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla de 2024 regresar a sus raíces con 'Donde fuimos felices'. 

La etiqueta de "eterna promesa" (equivocada por la calidad de sus agrupaciones, mereciendo algo más algunas de ellas y con algunas decisiones con cierta crueldad por parte del jurado) comienza a ser una losa muy pesada, sobre todo tras lo agitada que está la modalidad en las últimas ediciones tras años de inmovilismo en los puestos de cabeza. Y es que el estreno en la final de las comparsas de Jonathan Pérez, Piru y Tomate, y Manuel Cornejo reafirma la llegada del relevo generacional. 

Dentro de este cambio de paradigma, Germán García Rendón ha decidido poner a Alejandro González Ferrera Ale de Huelva a los mandos de la nave, quien se incorporó a este grupo en 2023 con 'Los trampucheros'. Contando a Ale y Germán, solo quedan cuatro componentes de la pasada edición, apostando en esta ocasión por un perfil más joven, aunque también experimentado.

Con un inicio rompedor en las formas con 'Los niños del barrio' (2011), ya al año siguiente comienza a despertar el interés del aficionado con 'OBDC!' al mezclarse la osadía y el riesgo propios de la juventud, un lenguaje actualizado y un fuerte componente crítico. A partir de ahí, el estilo se fue amoldando poco a poco en cuanto a las formas, aunque siempre diferenciadas del resto. Así, ya superó la barrera del primer corte con 'OBDC Animals!' y consiguió asentarse con 'OBDC Monstruozz!' y 'OBDC El show de Pinocchio', comenzando a merecer algo más. 

El gran salto lo dio en 2016 con 'OBDC La vida es bella', que ya entró en semifinales, consolidándose con 'OBDC La última flor'. En 2019, comienza a apostar por la experiencia en el grupo con 'OzBDC', una etapa que completó con 'Los resilientes', 'Los conquistadores' y 'Los trampucheros'. Ideas claras, un estilo propio y letras muy críticas, aunque sin olvidar la importancia del gaditanismo en las coplas, son las bases de una comparsa que esta vez espera deshacerse de los clichés y las etiquetas.