¿Quién será el próximo monumento en caer? Pues en la Gran Final Kichi no elimina a ninguno, sino a Antonio Martínez Ares por cantarle un pasodoble. Con algunas pequeñas actualizaciones metacarnavaleras que funcionan, la chirigota del Sheriff regresa a una Gran Final manteniendo con sus letras de estreno la línea ascendente con la que ha sabido concursar. Saben combinar la crítica y el homenaje en los pasodobles. Con razón, pero también con excesos, abren la tanda con una rotunda crítica por la represión que tuvieron que soportar los trabajadores del metal durante la huelga. Se quedan a gusto al dirigirse a “los empresarios y los políticos de mierda” para decirles que “los problemas de los astilleros no se solucionan con tanquetas”.Recuerdan que se “juegan la vida por un sueldo”, por lo que advierten con excesiva rotundidad que “por mi familia le meto fuego a este puto gobierno”. 35 años después de ‘Los feicios’, el Sheriff realiza un buen repaso a su historia pero sin olvidarse de referentes en sus inicios como el apellido Villegas, Rosado y el Habichuela o de sus competidores en sus momentos más importantes como ‘Las viudas’, Selu, Yuyu, Aragón o Manolo Santander, por lo que dicen que “mis hermanos los chirigoteros” se merecen un monumento. Se vienen arriba con su gran caradura, pero con arte, en los cuplés. En el primero, a los problemas con el blanqueo de dinero, Hacienda le cobra a su primo cada vez que se tira un pedo tras hacerse un blanqueamiento anal. En el segundo, mejor y actual, comparan el Falla con la playa, por lo que Eduardo Bablé anuncia por megafonía que a India Martínez se le han perdido dos tajás de sandía.

Semifinales

El tipo. Las estatuas de Cádiz. Las coplas. Caraduras, pero de verdad. Estatuas que cantan con el miedo de ser quitadas de Cádiz. Con detalles muy gaditanos en todo el repertorio, la chirigota del Sheriff mantiene intactas sus aspiraciones para repetir en la final con un repertorio con el que consiguen afinar un poco más lo ofrecido en su primera actuación tanto en pasodobles como en cuplés y conservan los frutos recogidos en las coplas fijas, en las que saben sacarle punta al tipo, sobre todo en la cuarteta del popurrí entre Quiñones y Paco Alba. Letras de competición con las que no se caen. Aunque sea metacarnavalera, la elección del primer pasodoble es muy inteligente al aprovechar el cambio de fecha del Carnaval y la ruptura entre el mundo oficial y las callejeras para pedir que limpien “los trapos sucios” ya que necesitan que “lo arreglemos” por el bien de la fiesta, por lo que las esperan en la escalera de Correos. Aprovechan el tipo en el segundo de forma atinada para atizarle al emérito a partir de la retirada de su estatua en Cádiz, por lo que piden que se ponga en muchos sitios para que los gaditanos vean que “eres un verdadero y real caradura”. Se vienen arriba en los cuplés al combinar un gran bastinazo –aunque bien tirado– con la actualidad. En el primero, Ancelotti se baja al pilón comiendo chicle, por lo que le deja “el papo” a su mujer como los labios de Vinicius. Bastante bueno el segundo a que el Carapapa les “soluciona la papeleta” cuando van al banco a que les cambien la letra de la hipoteca. 

Veredicto de Diario del Carnaval

Muy buena.

Actuación en preliminares

El tipo. Las estatuas de Cádiz. Las coplas. Como si fuera El juego del calamar, Kichi tiene que decidir cuál será la próxima estatua en caer. Muy pegada a la actualidad, el Sheriff sabe sacarle partido al tipo de estatuas para dejar un repertorio muy redondito y con golpes muy gaditanos, lo que se agradece en un Concurso que mira hacia fuera. Con una presentación simpaticona, pero poco más, para presentar a las propias estatuas, la propuesta va cogiendo cuerpo con el paso de las coplas hasta volar en el popurrí, con algunas cuartetas muy curiosas como la de quién es San Servando y quién es San Germán –los Andy y Lucas de los santos– o el genial encuentro entre Fernando Quiñones y Paco Alba en First Dates. Se nota la mano de Braza en los pasodobles, de inicio más meloso para coger mucha fuerza en su final. Letra de medida para abrir boca. La chirigota de Loreto, la del escudo del Cádiz, la que no tiene más monumento que levantar el vello con un pasodoble y a la que nadie moverá de este suelo. Elevan el listón con el segundo en el que comprenden los sentimientos de los cofrades por no salir tras sufrirlos en sus carnes con el Carnaval y la pandemia. Magnífico el primer cuplé al cambio de fecha del Carnaval, por lo que temen que se le pueda derretir el bótox a Subiela. Solo simpaticote el segundo a los robos entre narcos, aunque en La Caleta se llevan la gasolina en vez de la grifa. ¡Grandes caraduras!

El veredicto de Diario del Carnaval

Muy buena.

La previa

La chirigota 'Los caraduras de Cai'.

Juan Manuel Braza Benítez el Sheriff es uno de los clásicos del Concurso del Gran Teatro Falla. De hecho, en esta edición de 2022 se cumplen 35 años de su estreno en el COAC, en aquella ocasión sobre las tablas del Teatro Andalucía, con 'Los feicios'. 

Durante toda esta larga trayectoria, Braza ha tenido momentos de todo, acumulando tanto éxitos como cajonazos. La gloria la ha alcanzado en dos ocasiones, con 'Los aleluyas' en 1997 y 'Los aguafiestas' en 2006. En los últimos años, sin embargo, se le ha resistido la Gran Final, a la que no llega desde que lo hiciera en 2016 con 'Los que vienen de marea'. 

Con el objetivo de volver a estar en la última noche del Concurso, junto al Sheriff vuelven a repetir como coautores de letra Juan Pérez el Blanco y Roberto Fabio Gómez, dos figuras emergentes en la modalidad que le aportaron cierta frescura al repertorio de 'Los niños de la Petróleo'. 

Su grupo, a pesar de los cajonazos, sigue manteniéndose fiel al Sheriff, con puntales importantes como son el Lulu, José Sibón o Andrés Gatica. Como todos los años, cuando suene la música del pasodoble será uno de los momentos en los que el Falla enmudecerá para paladearla. Junto a esto, no faltará el fuerte ritmo que le imprime a su repertorio.