Carnaval de Cádiz 2024

Chirigota 'La última y nos vamos'

Música para amenizar el hundimiento del Titanic. A pesar de que vaya a acabar en agua tapá, la chirigota del Bizcocho ofrece su mejor pase del Concurso. Con las armas de la ironía, los pequeños golpes diseminados por todo el repertorio, la historia y el metacarnaval, la propuesta es mucho más redonda en semifinales al tener menos altibajos. Un regularidad que, quizás, sí se rompe en los pasodobles. El humor funciona menos en la primera letra al hablar de la diferencia de clases dentro del Titanic, ya que los más tiesos son los que estaban abajo. Unas distinciones por las que los ricos tuvieron botes y los pobres se tuvieron que agarrar al carajo –el del barco–. Al final, solo se queda de la letra el remate crítico al llevarlo a tierra y hablar de los recortes en la educación y la sanidad, por lo que los de arriba pretenden “dejarnos a la deriva” a los de abajo. Genial la coba que dan en el segundo al rendir un homenaje a un chirigotero “con un estilo más clásico que el mío, ya que te gusta lo añejo”. Con una trayectoria que “va más allá del Carnaval”, piden con mucho arte la vuelta de José Manuel Soto. Cuplés metacarnaveleros de primera y segunda parte en el que el primero sirve para preparar el chiste del segundo, que golpea bastante bien. Cae un tirito bien tirando en el primero a las críticas por llamarles “intrusos”, por lo que dicen que, cuando venga un tsunami, ellos solo tienen dos camas. Sin embargo, en el segundo le dan la vuelta al hablar de los ofendiditos y los chistes que incomodan por traer humor negro, por lo que le dicen al jurado que puntúe lo que vea y si hay un tsumani, ellos van al Ikea a por camas. El popurrí funciona más por historia que por golpes, aunque en esta ocasión se les cae la chimenea al final. ¡A por el bote!

Con opciones. Con opciones.

Con opciones.

Cuartos

El tipo. La orquesta del Titanic. Las coplas. Llega la banda del Titanic para dar su último concierto... o no. La chirigota del Bizcocho cierra la sesión con un repertorio que progresa adecuadamente en su segundo pase. Supeditado a la historia del popurrí y un tipo de humor que va soltando muchas pildoritas a lo largo de todo el repertorio, pero sin grandes carcajadas, las letras sí dan un pequeño paso al frente. Depuran un poco la presentación al jugar con la caída de la chimenea del forillo, que al final no se cae, por lo que recuerdan el “¡ah, po no!” de ‘No te vayas todavía’. Aunque sin grades golpes, es muy curioso el primer pasodoble al dedicárselo al Congreso de la Lengua que se celebró el pasado año en Cádiz. Lo hacen con las aportaciones a la lengua que han hecho desde el propio hundimiento del Titanic, como el suelo del barco, que es la tarima flotante; o la cubierta, que es la zona exterior del barco al hundirse. Aunque es de autoconsumo y metacarnavalero, tiran bien de la ironía en el segundo para responder a los que dicen que esta chirigota tiene ultras, por lo que se preguntan por dónde estaban con ‘Los couchers lowcost’, ‘No te quemes todavía’ o ‘Los jarabe de palo’. Afirman que es el pueblo quien elige, por lo que responden a los que dicen que se quieren “cargar la fiesta” que “Cádiz nos enamora”. Se muestran irregulares en los cuplés. Arrancan muy bien con la maldad del primero al cartel de la Semana Santa de Sevilla, que para ‘La resbalaera’ es el transexual que “Marta –Ortiz– no dejó entrar en la comparsa”. Un poco visto el segundo a la prueba del pañuelo por el culo de Antonio Canales. Se salvan del hundimiento.

Bueno Bueno

Bueno

Actuación en preliminares

El tipo. La orquesta del Titanic. Las coplas. El Titanic se hunde tras chocar con un iceberg en el mar del Falla. Con una puesta en escena espectacular, la chirigota del Bizcocho ofrece un primer pase en el que la historia del hundimiento del famoso barco tiene mucho más peso que el propio repertorio, repleto de pildoritas de humor que no tienen tanto gancho en su conjunto. Sensaciones encontradas a la espera de que termine de romper. Una buena construcción –la de la idea, no la del barco– a la que le falta explotar en algún momento para redondearse. Un camino que se ve desde la presentación, en la que se les cae sobre la cabeza una chimenea de 300 toneladas mientras que tocan “un movimiento de Verdi”. De hecho, es la propia chimenea en el remate la que hace que esta remonte. Repiten la fórmula de dos músicas de pasodoble –una seria y otra humorística–, aunque con menos brillo. Dos letras de presentación. En el primero, con el recuerdo de ‘Los mi alma’, se vuelven a subir al barco de la chirigota. En el segundo, dejan pequeños toquecitos sobre su hundimiento para ver si se “desahogaban”. Solo simpáticos los dos cuplés. En el primero, repiten la escena del dibujo, pero con el que ellos hacen no van a follar. Un poco mejor el segundo al comparar a Puigdemont con Moreno Bonilla, al que le piden que se vaya a Bélgica. Con muchas pamplinas que solo sacan una sonrisa repartidas por la historia del hundimiento, el popurrí se queda a medias a la espera de reflotar con golpes más potentes.

Buena. Buena.

Buena.

La previa

La chirigota del Bizcocho consiguió con 'Los mi alma' desquitarse de la desafortunada actuación del jurado de 2022 al dejar a 'Gente con chispa' en 11ª posición. Su cuarto premio en el pasado Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas del Gran Teatro Falla incluso se quedó corto para muchos aficionados con los que conectó desde el primer pase, sobre todo por la presentación y el popurrí. Con todo, espera repetir en la última noche del certamen gaditano con 'La última y nos vamos'.

Aunque su explosión ha sido en los últimos años desde que entrara en la Gran Final por primera vez en el año 2017 con 'No te vayas todavía', en este Carnaval se cumplen 15 años de la primera chirigota con autoría del Bizcocho en el Falla. Esta fue 'Un mal día tiene cualquiera', en el año 2009, que no consiguió superar la primera fase. Con 'Ojú qué cabeza tengo' (2010) entró en cuartos en su segunda participación. Este primer corte también lo superó con 'Este año nos lo tomamos con karma' (2012) y 'La quinta del buitre' (2014). 

Desde el tercer premio de 'No te vayas todavía', ha alternado semifinales como las de 'Los jarabe de palo' (2019) o 'Gente con chispa' (2022) con cuartos de final como los de 'No te quemes todavía' (2018) y 'Los cocuhers lowcost' (2020). 

Con todo, uno de los grandes puntos a favor que supo dominar con 'Los mi alma' fue que lo centró todo en el repertorio, olvidándose de los artificios a pesar de que el tipo se podía prestar a ello. A esto se suma que actualmente es uno de los pocos autores que apuesta por el humor en todo el repertorio, jugando en algunas ocasiones al filo de la navaja con cierta destreza y recurriendo en muchas ocasiones al absurdo. Todo esto hace que parta en el grupo de cabeza de la modalidad.

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