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"Tenemos que sacarle brillo a lo poquito que nos quede"

  • Manolo Santander saca a relucir en un divertido pregón sus recuerdos del Trofeo Carranza y aboga por mantenerlo vivo a base de "cariño e ilusión"

Con sentimiento, como el que imprime en sus pasodobles. Muy de Cádiz, gaditano y cadista, como no podía ser de otra forma. Y con tanto corazón como humor, que para eso lo suyo es la chirigota. Así fue el pregón de la LVIII edición del Trofeo Carranza realizado por Manolo Santander en el salón de plenos del Ayuntamiento de Cádiz. El gaditano sacó adelante con mucho ánge el "compromiso" y a la vez "el orgullo" de presentar ante su gente el trofeo de los trofeos, ni más ni menos que "un trozo de Cádiz, un trozo de nuestra historia, un pedazo de la Tacita".

Otro Manolo, Camacho, le da la alternativa, no sin antes recordar los pasodobles que le han llevado a ser un icono del cadismo como compositor del himno no oficial pero sí oficioso del Cádiz CF. Ya sobre el atril, el chirigotero destacó el "valor emocional" del Trofeo y, como es algo tan personal que "cada uno lo vive a su manera", solo pudo explicar lo que significa para él esta enorme copa a través de sus recuerdos. Y recordó el "pelotazo" que fue para Cádiz la invención del Trofeo Carranza, que acercaba a la Tacita a las grandes estrellas "que solo podían verse en el Nodo o en el Telefunken de algún vecino". Pero el Trofeo tomó forma y a Cádiz llegaron los Cruyff, Pelé o Iribar en busca de la imponente copa de plata. Y qué copa. Esa que su madre le llevaba a ver al escaparate de Vicente del Moral vestido "como si fueras a cobrar una herencia o a ver a un tío que viene de América".

Llegaba el momento de las entradas y ahí Manolo destacó un fenómeno muy propio de Cádiz. Y es que la apertura de taquillas "desembocaba en lo que desemboca en Cádiz cualquier cosa que se haga, ¡¡En una cola!!. ¡¡Que gusta en Cádiz una cola!! La gente disfruta en las colas. Usted puede suspender el Trofeo, pero no se le ocurra suspender la cola porque habría un altercado histórico. Además la cola no era una cola civilizada, era una cola a la gaditana, o sea, al mogollón. En este tipo de cola usted puede estar el primero a las cinco de la mañana y sin saber cómo terminar el último a las tres de la tarde", contó con gracia.

Recuerdos de los partidos, del calor en la grada, de la temida hora del refrigerio. Y si un Trofeo Carranza se acababa, ya con la rebequita porque es cierto eso de que "cuando se acaba el Trofeo, se acaba el verano”, ya era hora de empezar a pensar en el siguiente, en la próxima fiesta del verano, en el siguiente cartel del trofeo de los trofeos.

El cartel. Precisamente, el siguiente punto en el que pararse. Porque la televisión y, cómo no, el dinero han ido mermando un cartel que puede haber perdido caché, pero ni una pizca de ilusión. Ahora, con una edad cercana a la de la jubilación, algunos piensan que debería acabarse con el Trofeo. Pero este año, tal y como destaca el carnavalero, se ha dado con una idea genial, merecedora de un Nobel o un Príncipe de Asturias. "Vamos hacer el Trofeo más raro de toda la historia de los Trofeos. ¡¡Cuidado!!, he dicho raro no malo. Pues con todo el respeto que me producen tanto: El Rayo Vallecano, equipo muy querido en Cádiz y hermanado con nuestra afición. Como Osasuna que es la tradición, la historia y la honestidad hecha club de futbol. El Cádiz, que es el Cádiz y punto. Y el Nacional de Madeira que es de Madeira como Pinocho".

Y continúa. "Deben de reconocer que el cartel es raro, pero raro con cojones. Por más encuestas que se hicieran nadie en el mundo hubiera juntado a estos cuatro equipos en el cartel de un Trofeo y esto tiene un mérito horroroso. Ver al Madrid, al Barcelona o al Milán es una tontería muy grande, eso está ya muy visto. Pero sin embargo quien se puede resistir a asistir a un Cádiz-Nacional de Madeira. ¡¡Por Dios!! Eso no ha pasado en la vida, eso es algo insólito, quien se va a perder la oportunidad de contarles a sus nietos, yo estuve allí. Eso no se ha visto en la vida, es algo como ver el Rayo Verde, o a Antonio Muñoz pasar por caja. Esta es la fórmula, este es el camino a seguir. España entera esperará con las carnes abiertas todo el año la confección de nuestro Trofeo", remata.

Abandona el tono de cuplé y afronta el fin de su discurso con solemnidad para destacar todo lo que es el Carranza, más allá de un torneo veraniego de fútbol. "El Trofeo es una barbacoa, unas coplas de Carnaval a la luz de la luna, el Trofeo es Cádiz y Cádiz es el Trofeo". Aboga por no entrar en si tiempos pasados fueron mejores y anima a los gaditanos a "aprovechar lo poquito que tenemos, saquémosle brillo a la plata que nos quede, demostremos que somos unos supervivientes que con cariño e ilusión consiguen que siga vivo el Trofeo de los Trofeos".

"Ya no digo más pamplinas

Ya no cuento más batallas

Y perdonen la osadía

La torpeza y la ignorancia

De un pregón salido del alma

De un cadista hasta las trancas

Que comience la alegría

Que resuenen las fanfarrias

Que se entere el mundo entero

Que ha empezado el Trofeo Carranza"

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