En el seno del Real Unión ayer no se habló del último rival camino del ascenso, el Alcorcón, porque la noticia llegó desde Cádiz con la denuncia por el intento de soborno a Dani Cifuentes, antes del partido de ida entre los cadistas y los irundarras.

Las reacciones se produjeron ayer desde el País Vasco y tanto el club como el agente del jugador se apresuraron a negar su relación con este caso de soborno. "El club no está denunciado en ningún sitio, mientras no nos venga algo oficial no tenemos nada que ver. Hay unas llamadas desde un número oculto y dicen que es el Unión, y eso es mucho decir. Lo mejor que puede pasar es que haya una denuncia y que se aclaren los hechos, porque estaríamos encantados. Estamos muy tranquilos; es más no se de dónde íbamos a sacar la cifras que andan diciendo", señaló Ricardo García, presidente unionista, en Radio Irún.

Mientras, el representante de Cifuentes, Manolo Fraile, fue mucho más tajante. "Quien viera el partido, podrá observar si Cifu estaba comprado o no. El que tenga lo que hay que tener, que demuestre que yo he llegado a un acuerdo con el Real Unión. Esto no es más que una manera de herir mi sensibilidad, y un insulto a Cifu, a mí y al Real Unión", apuntó.

Ricardo García apuntó, incluso, en la dirección del club gaditano, sin entender su postura. "Me quedo perplejo de que exista semejante bulo, no tengo ninguna constancia de todo esto. Si el tema sale adelante, igual somos nosotros los que tenemos que denunciar al Cádiz por tratar de perjudicar al Real Unión a base de bulos".