Con el agua al cuello
La FIFA no oculta su malestar y preocupación por el retraso en las obras para el Mundial de 2014, especialmente en el epicentro de la cita, Maracaná
La imagen del estadio Maracaná convertido en una enorme piscina de agua y barro tras una tormenta preocupa a la FIFA y vuelve a sembrar dudas en la recta final a la Copa Confederaciones y el Mundial de fútbol de Brasil 2014. "Si usted mira una foto del Maracaná quedará muy preocupado. Estamos realmente preocupados", dijo el secretario general del ente rector del fútbol mundial, Jerome Valcke, después de ver imágenes de excavadoras hundidas en el barro, la zona de la cancha al completo convertido en un lago y toda la región vecina al estadio sumergida en un mar de lodo.
La prensa brasileña reflejó que en sólo 30 minutos el estadio recibió tal volumen de agua que provocó la completa inundación de lo que será el campo de juego y de los vestuarios. Esto sucedió pese a que el sistema de drenaje del local ya fue instalado.
La inundación, que tuvo como elementos agravantes el hecho de que se pudo ver a los obreros retirando agua de la cobertura del estadio con baldes, vistiendo solamente bermudas y sin ningún tipo de dispositivos de seguridad, llevó a que la FIFA cancelara una visita de inspección que tenía previsto realizar justamente el miércoles.
El ingeniero Flavio Mascarenhas, profesor de Ingeniería por la Universidad Federal de Río de Janeiro, alertó sobre los riesgos de inundación que vive la región en la que está enclavado el estadio de Maracaná: "Toda esa región está debajo del nivel del mar. Y siempre que hay una región más baja ésta sufre influencia de la marea.
Preocupado, Valcke se reunió por la noche con el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, y con el gobernador carioca, Sergio Cabral. Este último le garantizó que el estadio, que será sede de las finales de ambos certámenes, entre otros partidos, será entregado a la FIFA el próximo 27 de abril, lo que implica un nuevo retraso, esta vez de 11 días, en relación a la entrega prevista anteriormente, para el 15 de ese mes.
No obstante, la fecha de entrega prometida por la Empresa de Obras Públicas del Estado de Río de Janeiro (EMOP), y reconfirmada en la noche del miércoles a través de un comunicado de prensa, no es la misma en que la FIFA podrá disponer del estadio, que al día de hoy tiene el 87 por ciento de las obras concluidas.
Según informó ayer el diario O Estado de Sao Paulo, la FIFA recibirá "oficialmente" el Maracaná a fines de abril, pero no podrá hacer uso del mismo hasta el 24 de mayo, sólo nueve días antes de la fecha prevista para su reinauguración, el próximo 2 de junio, cuando Brasil e Inglaterra se enfrenten en un amistoso.
"Mayo es demasiado tarde. Eso es perjudicial para Brasil, para la competición y para la FIFA. La fecha de entrega es importante para probar (los estadios)", dijo un irritado Valcke, citado por el medio brasileño. La preocupación del número dos de la FIFA tiene fundamentos. Además de que la entrega del Maracaná ya fue aplazada varias veces, lo que le quita credibilidad a las fechas propuestas, el tiempo comienza a correr contrarreloj.
La Copa de las Confederaciones será la "prueba de fuego" de Brasil de cara al Mundial. El certamen comenzará el 15 de junio con un Brasil-Japón en el Estadio Nacional Mané Garrincha, recinto cuestionado por el Tribunal de Cuentas del Distrito Federal, que detectó irregularidades financieras que podrían generar millonarias pérdidas económicas.
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