Seiscientos valientes y mil lágrimas

/ J. Agabo Águilas

27 de junio 2016 - 07:06

El San Fernando estuvo arropado en tierras murcianas. Y lo estuvo porque la afición respondió de manera espectacular y ocho autobuses repletos de aficionados isleños se presentaron ayer en Águilas para animar a su equipo, para estar al cien por cien con sus jugadores y para celebrar en el terreno de juego el ansiado ascenso con su equipo. Los azulinos no desvanecieron a pesar de que se les instaló en el peor de los lugares del estadio.

Cuando Francis anotó el tanto del empate, la afición estalló de júbilo y, hasta el final del partido solamente se escuchó la voz de los aficionados azulinos que llevaron en volandas al equipo los minutos que restaban de partido. Pero lo más bonito, lo histórico, más impresionante, estuvo cuando terminó el partido. El Rubial se llenó de lágrimas de unos aficionados que se volcaron y celebraron su ascenso, por el que han hecho miles de kilómetros en un maratoniano play-off, ese que ha sido histórico.

Una vez finalizado el partido, los aficionados continuaron celebrando el ascenso del equipo antes de que, a las doce de la noche, comenzase la vuelta a La Isla. El camino de vuelta, como era de imaginar, fue una fiesta en cada uno de los autobuses que transportaba a los aficionados azulinos hasta una ciudad que hoy continuará su fiesta de ascenso a Segunda B. Ayer fueron 600 almas y miles de lágrimas.

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