Cuando comienzo a escribir la crónica del ascenso del San Fernando CD desde el vetusto El Rubial de Águilas, veo sobre el césped del centenario campo un número impresionante de hombres, niños y mujeres llorando desconsolados de alegría.  Es la parte bonita del fútbol. La que uno siempre quiere ver. La que se queda en la retina para siempre. El San Fernando lo ha conseguido. El San Fernando hizo realidad su sueño y retorna a Segunda B. 

Ayer, el equipo azulino inscribió su nombre con letras de oro y culminó una temporada dura, complicada, con enormes contratiempos y difícil con lo que se había soñado, con el ascenso a la categoría de bronce del fútbol español. La historia, el fútbol, el deporte, tenía una deuda pendiente con un equipo que lleva luchando sin destajo dos años por volver a donde le corresponde y la deuda quedó saldada.

El San Fernando fue grande, enorme, gigante y el play-off que ha realizado tuvo su culmen en tierras murcianas. A fe que se buscaba y que se consiguió. Ñoño Méndez y sus hombres son, desde ya, ídolos en una Isla que hoy homenajeará a los suyos como es de recibo. Junto a ellos estará un hombre exultante de alegría, que ha rezado a todos los santos del mundo por vivir lo que vivió ayer, que lloró como un niño chico. Dani Luna también escribió ayer su nombre con letras de oro en la historia del San Fernando.

Y es que lo que se vivió ayer en Águilas tiene pocas formas para explicar. Felicidad, lágrimas, alegría y desbordante festejo. Es lo que se presumía si se lograba el objetivo y así quedó reflejado cuando se pitó el final del partido.

Y no fue fácil, ni mucho menos. No lo fue porque se encontró un terreno hostil, que que apretaba y una afición enfervorecida con los suyos. No fue fácil pero se consiguió. Y hoy ya es de Segunda B

El equipo de Ñoño Méndez volvió a estar impresionante y no bajó la guardia con respecto a lo que había venido ofreciendo en los últimos cinco partidos.

Los locales, empujados principalmente por su afición, comenzaron el partido insistiendo ante el campo azulino, que respondía con seguridad. Sólo cambiaba de los partidos antes disputados que no se encajaba el tanto del despiste a las primeras de cambio. 

Así, los primeros en percutir fueron los de Méndez, que a los 7 minutos de juego dejaron claras sus intenciones con un disparo de Iván que repelió Soto. Fue el mismo jugador el que a los 15 de juego tuvo la segunda oportunidad del partido, pero a igual protagonista, igual resultado, la intervención del cancerbero local.

No pasaban apuros los de La Isla, que continuaban controlando los empujes de los locales que no tuvieron su primera ocasión hasta el minuto 17, con un balón que finalmente Sergio Ceballos mandaba a córner tras un disparo que superaba a David Zamora. A partir de la media hora de juego se intensificó el ataque del Águilas, no sin la respuesta del control del San Fernando. Juanmi contó con dos ocasiones en el 35' y el 38', pero ambas no tuvieron fruto.

La segunda mitad fue sufrir de lo lindo. Sin aproximaciones claras, los de Murcia buscaban el gol que le metiera chispa al partido y cuando éste llegó, en el 73', tras un doble remate de cabeza dentro del área, el primero de Cantarutti y el segundo a las mallas de Emilio, los de San Fernando respondieron como ellos solamente saben. Carlitos robó un balón en las inmediaciones del área y Francis certificó el ascenso con su tanto.

Hasta el final, se pueden imaginar. Fiesta, algarabía, júbilo, felicidad y una afición que no se podía creer lo que estaba pasando, que su equipo lograba ascender, conseguía abandonar el pozo de la Tercera División y retomaba donde ha tenido, tiene y debe de estar, la Segunda B.