Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Fútbol | Primera Federación

Las dos caras del San Fernando para vencer al Recreativo Granada

  • El equipo azulino se marcha al descanso con cero a uno y una monumental pitada, aunque reacciona en la segunda parte y Aquino y Biabiany le dan la vuelta al encuentro

El azulino Nahuel Arroyo trata de ganar el balón rodeado de rivales.

El azulino Nahuel Arroyo trata de ganar el balón rodeado de rivales. / A. Quintero / SFCD

El fútbol es caprichoso. El fútbol tiene ese don que donde se dice digo, se dice rápidamente Diego. El fútbol es tan bonito que lo que es un infierno, en pocos minutos se convierte en la gloria. Es por eso qué este bendito deporte se quiere y se desea, te saca de quicio, en instantes, y te eleva a lo más alto, segundos después. En el partido entre el San Fernando y el Recreativo Granada (2-1), hubo todos esos argumentos. El encuentro fue malo de solemnidad en la primera parte, al equipo azulino le llegó el agua al cuello poco antes de terminar ésta cuando el equipo nazarí se puso por delante, remontó en la segunda mitad, hubo fases en la que pareció golear y, sin embargo, hubo otras en la que pareció ser goleado. Eso, posiblemente es lo bonito de este deporte, las tremendas alternativas que hay dentro de un partido.

Con esto, un Héctor Berenguel que se jugaba su cargo y que fue pitado en el descanso y al final del partido, quiso recomponer de nuevo a los suyos. Las novedades estuvieron en esta ocasión en la presencia como hombre más en punta de Aquino que se ha convertido, junto a Biabiany, en los salvadores más claros de la causa. Pau Martínez entraba en la media punta y Nahuel en la banda, aunque el partido comenzó con el francés y el extremo metidos por dentro para darle carril largo a los dos laterales.

No hubo fórmula para ver nada de fútbol en un primer tiempo que fue soporífero, cansino, dormilón, aburrido y extraño. En las gradas del Iberoamericano existía ese runrún que, cuando el fallo era clamoroso se transformaba en pitada y salvo llegadas esporádicas poca historia tuvo una primera mitad que terminó con desesperación. Un saque de banda mal confeccionado a la altura del banquillo local, un robo, un pase en largo, un despiste y la angustia se apoderó del Iberoamericano con el tanto de Julito Álvarez en el 44.

Tocaba reaccionar. Tocaba darlo todo porque había mucho en juego. Y los isleños se apoderaron del corazón para ponerlo todo sobre el campo. Quizás la clave de la segunda victoria de la temporada estuvo en la rapidez con la que se anotó el empate, cuando la segunda parte marcaba 3 minutos. O quizás, la clave estuvo en que Aquino ha comenzado la temporada erigiéndose como líder de este equipo y con su gol dio alas. Pero lo cierto es que la igualada espoleó a un equipo que necesita, como agua de octubre, la segunda victoria.

Insistieron los isleños, que vieron como se les robaba un penalti clamoroso a Biabiany, como Aquino (62’) y Marcelo (65’) no llegaban a sus remates finales y que vieron como Carlos Pérez tuvo una clamorosa oportunidad segundos antes de que el francés, el capitán, el ídolo de los isleños, anotase de certero testarazo el dos a uno que emergía al equipo azulino de sus propias cenizas como el Ave Fenix.

A partir de ese momento, de nuevo a sufrir, de nuevo a pensar en los fatídicos quince últimos minutos de juego. Los isleños si algo han demostrado en lo que llevamos de temporada es que no son de fiar atrás, que dan facilidades y que cualquier equipo que se crezca le hace daño. Pero ahí apareció la figura inconmensurable de Fuoli, que lo rechazó todo. Es cierto que se le 'mangó' un segundo penalti a Biabiany. Es cierto que en la contra se pudo hacer más. Pero no es menos cierto que el joven equipo nazarí metió al San Fernando donde a nadie le gustó, dentro de su área.

Tres puntos, y con ello se sale de los puestos de descenso. Tendrá que ser un punto de inflexión para ver la botella medio llena, en vez de medio vacía.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios