La cantera del San Fernando CD ha implantado esta temporada 2023-24 la presencia de la modalidad de fútbol sala en las categorías iniciales del fútbol base azulino. De esta forma, tres equipos de la estructura formativa del club (alevín B, benjamín A y benjamín B) participan en el grupo gaditano de Segunda Andaluza de Fútbol Sala.

Esta iniciativa surge después de comprobar, a través de numerosos casos de éxito, los múltiples beneficios que tiene esta modalidad en la evolución deportiva de los jóvenes. "Es un hecho demostrado que los jugadores que han pasado por el fútbol sala en edades de iniciación cuentan con un mejor control sobre la pelota. Además, las dimensiones del terreno de juego están más adaptadas para los chicos de entre 8-10 años, que tienen más contacto con la bola, al igual que los guardametas, que tienen en este tipo de porterías una mayor probabilidad de acierto", explica José Ramón Cobo, director de Metodología de la cantera azulina.

El ejemplo más claro del éxito en la práctica del fútbol sala está en Brasil: "Casi todos los jugadores que destacan hoy en día en las grandes ligas se han fogueado en fútbol sala. Allí, no existe la modalidad del fútbol 7 y los chicos pasan de fútbol sala al fútbol 11 con un estilo muy marcado y con resultados de sobra conocidos por todos".

Siendo más específicos, Cobo explica que "en fútbol 7 buscamos siempre salir ganadores de los duelos ofensivos y defensivos y el fútbol sala es una modalidad en la que constantemente aparecen este tipo de situaciones, por lo que cumple a la perfección con lo que queremos". En otras palabras, se busca el fútbol de calle, fomentar el atrevimiento y el regate, que el jugador tenga descaro y confianza en sí mismo para dominar el uno contra uno. Y es que "en zonas de costa como La Isla los jugadores suelen destacar por su regate y es algo que queremos potenciar al máximo".

Como curiosidad, los entrenadores encargados de estos tres equipos tienen la consigna de no repartir prácticamente consignas durante los partidos en fútbol sala: "Queremos que los chicos jueguen y se diviertan, que hablen y se comuniquen entre ellos para resolver las diferentes situaciones que se planteen en el partido. No importa para nada el resultado, sino que los chicos arriesguen, se atrevan y disfruten".

Teniendo en cuenta que los chicos tienen el doble de minutos (compaginan el viernes y el sábado sus respectivas competiciones en fútbol 7 con el domingo de fútbol sala) y que pueden jugar con total libertad, la experiencia está resultando tremendamente gratificante para los jóvenes jugadores.

Y, sin duda, tendrá beneficio en el futuro: "Siempre pongo el ejemplo de un chico al que incorporamos con unas condiciones físicas tremendas pero necesitaba pulir el trato con el balón. Después de un verano jugando a fútbol sala, hoy es uno de los mejores jugadores de su equipo conduciendo la pelota. Por ello, estamos seguros de que esta idea, que está siendo también frecuente en canteras de reconocido prestigio nacional, mejorará el nivel futbolístico de nuestros jugadores en un futuro cercano".