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El San Fernando logra una salvación para llorar

  • El equipo isleño cae estrepitosamente ante el Atlético Baleares, que golea 0-4, y obtiene la permanencia al no ganar el Sevilla Atlético al Linares

Ataque de los azulinos, a cargo de Juanmi Callejón, en el área del Atlético Baleares.

Ataque de los azulinos, a cargo de Juanmi Callejón, en el área del Atlético Baleares. / A.Q.

No hizo las tareas. La hicieron otros por ellos. El San Fernando cerró la temporada de la peor de las maneras, siendo goleado ante su afición por el Atlético Baleares (0-4), y como alma en pena. Los isleños no dieron la talla, pero es que no la han dado en los últimos once partidos y solamente tiene que tener palabras de agradecimiento.

En primer lugar dar las gracias por el fin de la temporada, porque sin duda alguna, si esto se hubiese prolongado algo más los isleños eran favoritos para perder la categoría. Tiene que dar las gracias al Linares. Curiosamente los avatares de la vida han hecho que un técnico que fue despedido de manera extraña del conjunto azulino, Alberto González, haya proporcionado la permanencia a su ex equipo con la victoria que el conjunto de Linares logró en Sevilla, esa que le ha permitido jugar los play-offs de ascenso.

Por lo demás, en los ojos donde estaban puestas las esperanzas de los isleños de no caer al foso, es decir, La Línea, donde jugaba la Balona ante el flamante recién ascendido Andorra y, sobre todo, Castellón, donde jugaba el otro equipo que podía dejar al San Fernando sin el sueño de la permanencia, el Cornellá.

La tarde tuvo encontronazos de sentimientos, en un primer lugar, porque el Castellón se adelantaba en el marcador, al igual que el Linares y eso salvaba al equipo de Nacho Castro, pero, por otro lado el Atlético Baleares daba buena cuenta del cuadro azulino, le encajaba tanto tras tanto hasta golearlo y eso enfadaba, y mucho, a la afición del conjunto isleño que, no cabía otra cosa, mostraba su desconformidad con lo que estaba viendo en el terreno de juego.

Y es que el equipo azulino ha llegado al final de temporada sin alma, sin identidad, lejos del que fue, débil en defensa, inoperante en ataque y con muchos problemas que tendrá que solventar una vez que se vuelva al trabajo allá por el mes de julio.

Nacho Castro apostó por poner tres centrales sobre el campo; Juan Rodríguez, Rafa Páez y Sergio Ayala, con la intención de aumentar a cinco, con Luis Ruiz por la izquierda y Sergio Cortés por la derecha, la línea defensiva cuando el Atlético Baleares atacase y dejar el carril entero a los dos laterales y salvaguardar su portería con tres hombres en todo momento.

Pero la apuesta no le salió nada bien y, aunque el equipo de La Isla se convirtió en el dueño y señor del partido en su inicio, las jugadas de los isleños no fructificaron en ponerse por delante en el marcador, algo que le hubiese dado la tranquilidad necesaria al equipo azul y blanco.

Bien es cierto que Biabiany llevaba continuamente peligro por su banda y que en uno de los centros, Juanmi Callejón, que llegó algo tarde, pudo inaugurar el partido. Tampoco es menos cierto que en el minuto 13, Juan Rodríguez fue claramente agarrado en su intención de remate por Olaortua y el colegiado se 'tragó' el pitar la pena máxima.

Igualmente, el Atlético Baleares iba a lo suyo, defender bien mantener cada vez más lejos de su portería al equipo isleño e intentar aprovechar la oportunidad que se le plantease. Bastó un desplazamiento en largo a Dioni, la debilidad defensiva de Sergio Ayala y el acierto del delantero para poner el cero a uno en el marcador.

Los isleños reaccionaron con timidez, como lo han venido haciendo hace ya once jornadas, y, sin capacidad para igualar la contienda, que controló a la perfección el equipo balear que antes del descanso terminó de apuntalar a un equipo al que le ha venido excesivamente grande el final de la temporada.

De nuevo debilidad defensiva, de nuevo despiste y Pastrana ponía el cero a dos al filo del descanso. Por aquellos entonces solamente salvaba al cuadro isleño la victoria del Castellón y del Linares, la Balona, por su parte, daba buena cuenta del Andorra.

En la segunda parte los isleños mostraron toda su impotencia en un quiero y no puedo, en un intento en vano de conseguir acortar distancias en el marcador, lo que dejaba enorme huecos en defensa y donde el Atlético Baleares, mucho antes, pudo terminar de sentenciar. En el 83’ y en el 86’, el ex azulino Hugo y, de nuevo, Dioni, terminaban de certificar la goleada, el enfado monumental de la afición y el fracaso del final de la temporada.

El Cornellá había remontado en Castellón y los isleños se abrazaban al Linares que conseguía la victoria en Sevilla. Ahora, ya terminada la temporada, quedará tiempo de sobra para el análisis, para buscar el porqué ha cambiado tan radicalmente un equipo que tuvo momentos en la temporada donde encandiló. Se cierra el telón.

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