fútbol Segunda División B

Primer revés de la Balona fuera de casa

  • El cuadro linense, demasiado reservón, pierde en Melilla

Gato, rodeado de dos adversarios en una acción del partido que la Balona disputó ayer en Melilla.

Gato, rodeado de dos adversarios en una acción del partido que la Balona disputó ayer en Melilla. / melilla hoy

La Balona fue a embarrancar justo en el mismo escenario en el que el pasado mes de abril tomó el impulso definitivo para lograr la permanencia. Los albinegros, que firmaron su primer revés como visitantes en seis meses, cayeron de manera incontestable en el Álvarez Claro de Melilla, de donde escaparon con una derrota mínima que se puede considerar hasta una herida leve [muy leve] a tenor de los méritos [pocos, muy pocos] de los de La Línea, que cuajaron de largo el peor partido de lo que va de curso. Por un lado concedieron muchas más facilidades en defensa de las que han sido norma y por otra estuvieron preocupantemente huérfanos de fútbol, sin capacidad alguna para desdoblarse en ataque. Entre otras cosas porque en suelo norteafricano quedó patente que Sergio Molina, que venía en caída desde hace tres o cuatro semanas, atraviesa un mal momento alarmante. Y cuando el malagueño se resfría, su equipo padece una bronquitis.

El primer periodo fue un largo monólogo azulino aunque sin profundidad en los últimos metros. Tras el intermedio se palpaba que el Melilla ya se lo creía y que iba decididamente a por una victoria que, por el reflejo que tiene en la clasificación a corto plazo, se valora de forma especial.

No habían transcurrido cuatro minutos cuando Yacine se encontró mano a mano con Montoya, al que sorteó, pero Dennis Nieblas anduvo listo corrió hacia el marco y logró salvar sobre la misma línea de meta lo que parecía un gol cierto. Era un aviso en toda regla. Porque cuatro después los visitantes se equivocaron al tratar de sacar el balón de atrás justo por donde había más gente, por el centro. Los melillenses robaron por medio de Lolo Garrido cerca del área y en dos toques el cuero llegó a Yacine, que tuvo tiempo de acomodarse y de lanzar raso desde la frontal. Era el 1-0.

La Balona, que llevaba adormecida desde que había comenzado el duelo, quiso entonces dar un paso adelante. Pero ni con los cambios. Todo quedó en un amago. Ni hizo circular el balón, ni sus bandas fueron letales... ni nada. Paradas de esas que hace que la gente se lleve las manos a la cabeza no firmó ni una Dani Barrios.

Con el marcador a favor el Melilla jugó muy bien sus cartas. Ya lo había dicho antes del encuentro Julio Cobos, el que marcase primero tendría medio triunfo en el bolsillo. Y marcó el único que podía hacerlo.

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