Con el ceño fruncido. Y con la sensación de que sólo una rebaja en su castigo le devolverá al rostro un gesto natural. Ogbeche dio ayer su valoración de la sanción que ha recibido de parte del Comité de Competición por su "manotazo en la cara" a Xisco Campos el pasado sábado en Castellón. "La noticia me ha sentado muy mal y me puse muy nervioso. Si el árbitro quiere justificar la tarjeta roja y la expulsión por el gesto lo entiendo, pero de ahí a que fuera una agresión... para mí los cuatro partidos son una barbaridad y una injusticia", resumió el nigeriano antes de argumentar su enfado: "En las pocas imágenes que hemos visto, se ve claramente que yo me iba al vestuario y es el rival el que viene hacia mí. Yo, con todo el derecho del mundo, lo que hago es quitarle la mano para que no me tocara. Fue una reacción humana después de los insultos para decirle que no me tocara, sólo eso. No hubo agresión. No lo entiendo, no tengo por qué hablar con las manos en la espalda".

Ogbeche no pasaba por alto los malos modos del adversario, un Xisco Campos que no le dejó en paz en ningún momento: "Me insultó mucho. Y lo hizo también durante el partido, aunque entendí que era para desestabilizarme y no le hice caso. Después todo pasó rápido y, de hecho, no me acuerdo ni de su cara", explicaba.

El delantero confíaba en el recurso, pese a la mala fama que precede a las misivas cadistas a Apelación: "Sé que el club no suele ganar los recursos, pero yo creo que con un argumento de peso y con las pocas imágenes que tenemos, se puede reducir el castigo de cuatro a un partido".

El recurso del Cádiz, que debe presentarse hoy mismo, se apoyará en las imágenes, en las que se aprecia una posible provocación de Xisco Campos, que de hecho vio la cartulina amarilla por tal motivo. Y la rebaja que devuelva a Ogbeche un gesto natural en su cara sería a dos partidos.