El Deportivo se valió del acierto del franco-tunecino Lassad Nouioui para derrotar ayer con lo justo (1-0) al Valladolid, que pagó una vez más su falta de gol y aún no ha sentenciado su permanencia en Primera.

Pese a lo poco que se jugaba y a las bajas, el Valladolid inició el encuentro de Riazor con ambición para acabar con más de 500 minutos de sequía de goles y para certificar de una vez su continuidad en Primera, un objetivo que lo tiene al alcance de la mano pero que aún no ha sellado.

Lo que no logró el Valladolid en sus tres acercamientos lo consiguieron los coruñeses, a los siete minutos, en su primera aproximación a la meta de Sergio Asenjo, que no pudo desviar un disparo con la zurda de Lassad desde el punto de penalti tras una asistencia de tacón de Rodolfo Bodipo.