Clausura a la altura de una regata de altos vuelos

Con la ceremonia de entrega de premios celebrada en los jardines de Ses Voltes, a los pies de la catedral de Palma de Mallorca, se cerraba en la noche del pasado sábado una edición más, la 34ª, de la Copa del Rey Mapfre. SM El Rey Don Felipe VI era el encargado de presidir el tradicional acto y hacer entrega de los galardones de una edición que ha llevado el nivel deportivo a su máximo exponente.

Las ocho tripulaciones ganadoras recibían sus correspondientes copas del Rey ante numeroso público. También eran reconocidos los ocupantes de los diferentes podios y entre ellos, las tripulaciones de los barcos andaluces Marbella Team de Pepequín Orbaneja y Rafael Espósito, y Grupo Ceres de Javier Banderas y Daniel Cuevas, 2º y 3º, respectivamente, en las clases J/80 y X-35, que recibían exultantes la recompensa a una dura semana con resultado de éxito.

Finalizaba así una regata que mueve alrededor de 5.000 personas, de las que un 50% son participantes y la otra mitad la completan patrocinadores, periodistas y personal. En este último apartado, la Copa del Rey asume para su realización 250 empleos directos y 500 indirectos. Cifras de vértigo para una regata de altura. Como anécdota basta un dato, los 10.000 litros de combustible que se necesitan en una semana para mover las 50 embarcaciones que se utilizan entre lanchas de comité, prensa y barcos de invitados.

Y es que todas las cifras en torno a la mejor regata del Mediterráneo son de vértigo, como las que afectan directamente al sector económico y turístico de la ciudad. La prueba genera para Palma un ingreso de 12,5 millones de euros frente a 1 millón de euros de inversión, de los cuales sólo el 5% sale de las arcas públicas. Los sectores de restauración, comercio y servicios náuticos son los más beneficiados, estimándose el retorno en 4.800.000 euros. La inyección del evento al turismo es más que evidente partiendo del hecho que la regata aumenta la estancia media del visitante a 12 días -lo normal es entre ocho y diez- con un gasto medio de 6.700.000 euros.

Por otra parte, el interés que despierta este evento deportivo, y social en buena medida, lo demuestran los más de 400 periodistas acreditados. Estos, y la eficacia del gabinete de comunicación que dirige la maquinaria, hacen posible un retorno valorado en más de cuatro millones de euros.