Francisco Fernández Mota , el que fuera durante décadas funcionario de la Diputación, ha fallecido. Gran persona, un tipo simpático y entrañable que aplicó a lo largo de su dilatada carrera en la función pública el "vive y deja vivir" de lo que tanto tendrían que aprender algunos.
En cierta forma Paco representa a una generación de empleados públicos llegados a la administración con la democracia, que ahora se está jubilando. Llegó a una Diputación donde las relaciones personales en nada se parecían a las actuales, mucho más frías y distantes.
Descanse en paz. Un beso para Tere, Maite y el resto de su familia.
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