Los de la CUP son los niños de papá de la burguesía catalana jugando a la política. Echan un ratito, se divierten, y vuelven a casa de papá a vivir como los burguesitos que son. De hecho, sus mejores resultados son en los barrios pudientes de Barcelona. Ese radicalismo burgués no se compadece con el supuesto andalucismo de izquierdas de Teresa Rodríguez, por eso llama mucho la atención el acto conjunto, como si fueran fuerzas hermanas, en un ejercicio de desinformación y desorientación sorprendente. Que Teresa diga en el Barrio de La Viña las simplezas de la CUP, a ver qué pasa.
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