UNA SEMANA SIN LAS TABLAS DE CÁDIZ SURF PADDLE EN LA CALETA(Preguntas a Capitanía Marítima y al Ayuntamiento de Cádiz) Por Fernando Pérez Monguió

11 de agosto 2017 - 13:34

No caeré en un ejercicio apocalípticamente nostálgico ni en una impostación exagerada porque ni La Caleta dejará de ser La Caleta porque no haya rutas guiadas de Paddle Surf, ni estamos ante el Watergate gaditano. Tampoco me cegaré en un laberinto de subjetividades perdido por la amistad que me une a Moisés Carmona desde que éramos unos chiquillos que jugaban al fútbol en el Tiempo Libre. Nada de eso. Huyo de escenarios bucólicos que ya no lo serán, de exclusivas que aspiren al Pulitzer y de un apoyo incondicional a un colega que lo está pasando mal y que necesita ayuda. Nada de eso me mueve. Lo garantizo con mi palabra por delante. Lo siguiente que voy a escribir encierra a partes iguales indignación por lo ocurrido a un gaditano de mi generación que me contó la injusticia que denuncia estar sufriendo, y pena porque no deja de simbolizar un paradigma de lo que le ocurrió con el PP y le está ocurriendo también ahora con Podemos a miles de paisanos que tuvieron que emigrar por la falta de oportunidades en la capital gaditana. Moisés Carmona –licenciado en Administración de Empresas, con algún que otro Máster, y con prácticas en muchas empresas y bancos– tuvo que emigrar hace unos años a Francia porque aquí se le resistía el trabajo. En una estación invernal pirenaica, pulía las tablas de esquí o snow. Cuando llegó la primavera, se iba a una estación náutica y enseñaba a los niños franceses paddle surf, surf o kitesurf. Esto es: 6 meses ganándose la vida con deportes de invierno, y los otros 6 con deportes náuticos. Así estuvo 2 años. Con el dinero que logró ahorrar, regresó a Cádiz con la idea de implantar el modelo de escuela del país vecino en La Caleta. Obtuvo permiso de la Demarcación de Costas para poner una modestísima –pero dignísima– carpa; se gastó todo lo que tenía para comprar 10 tablas de paddle surf, remos y chalecos de seguridad; obtuvo el permiso del Ayuntamiento de Cádiz para descargar a diario el material –porque ni el club Caleta ni un instituto cercano le cedieron o alquilaron un pequeño trastero–; se dio de alta como club deportivo ‘Cádiz Surf Paddle’ y se sacó un seguro de responsabilidad civil. Usó las redes sociales como única manera de publicitar rutas guiadas y poco a poco, gracias a su perseverancia, al boca a boca, comenzaron a llegar bañistas de todas las edades que aprendieron a manejarse sobre una tabla en las agradecidas aguas de La Caleta. Incluso la revista Viajeros de El País le dedicó un reportaje como uno de los atardeceres más espectaculares sobre el agua. Todo iba bien, salvo por el dueño de la Escuela Suroeste –que opera desde el Club Caleta–, Juan Carlos Muñoz, quien no ha parado desde entonces de insultarlo (“sinvergüenza”), menospreciarlo (“muchachito”), hostigarlo con su lancha e incluso amenazarlo de muerte (fue condenado judicialmente en sentencia firme por delito leve de amenazas a pagar una multa de 360 euros y a no poder comunicarse durante 3 meses bajo ningún formato con Moisés). Según Carmona, el primer día que llegó a La Caleta le dijo: “Lo que hagas o quieras hacer, o lo haces conmigo o no lo harás”. Y como no cedió ante ese chantaje, amenaza o lo que sea, Muñoz –conocido como el Carli de La Caleta– le hizo la vida imposible hasta que lo consiguió el pasado viernes. Hace una semana, la Policía Local le requisó las tablas atendiendo a un requerimiento de Capitanía Martítima “de cese de la actividad consistente en la explotación comercial de artefactos flotantes hasta que no cuente con la preceptiva y previa autorización de funcionamiento de Capitanía”. Exhorto de Capitanía tras varias denuncias de Muñoz. Una actividad comercial que el presidente de este club, Moisés Carmona, rechaza que se le impute a su escuela, que no alquila material náutico, sino que “desarrolla una actividad deportiva con sus socios” como club inscrito en el Registro de Entidades Deportivas desde el 19 de enero de 2016. Así las cosas, planteo las siguientes preguntas a Capitanía Marítima y al Ayuntamiento de Cádiz: ¿Le ha exigido Capitanía Marítima a las 7 escuelas náuticas –privadas y públicas- que siguen operando en Cádiz -Glass y Surf School, Cádiz Surf Center, Hopupu Surf Club, Escuela Náutica Municipal de Cortadura, Club Marítimo Gaditano La Caleta, Escuela Surf Cádiz y Offshore Surf School Club los mismos requisitos que a Club Cádiz Surf Paddle? ¿Estas escuelas –publicitan en folletos, cartelería y redes sociales no solo clases sino el alquiler de material- disponen todas de lanchas de seguridad? Después de 72 horas de sordina –luego exigen, como debe ser, trasparencia al resto de administraciones–, ¿por qué el Ayuntamiento no informa de las licencias o permisos que tienen estos clubes y escuelas? ¿Lo sabe y no informa? O ¿no lo sabe y no quiere saberlo? ¿Ha ofrecido el Club Caleta y el Club Suroeste sus servicios náuticos con todas las licencias preceptivas en las últimas 2 décadas? ¿Por qué la Policía Local confisca un material y no lo inmoviliza simplemente si pisa La Caleta como exhorta Capitanía? ¿Actúa siempre la Policía Local ante denuncias anónimas, como ha ocurrido en este caso, porque el precedente puede ser muy peligroso? ¿Te pueden requisar un material de tu propiedad sin darte al momento ningún documento que autorice esa actuación? ¿Te pueden confiscar un material sine die, sin fecha de devolución, cuando es de tu propiedad y tú puedes usarlo para tu disfrute personal? Se me ocurren muchas más preguntas, pero la más importante que no deja de torpedear mis pensamientos: ¿regresará Moisés Carmona a Francia? Espero que no le obliguen a emigrar. ¡ÁNIMO GADITANO! ¡ÁNIMO AMIGO!

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