Exiliados

No me sorprenden mucho las declaraciones del vicepresidente Pablo Iglesias porque jamás le he dado valor. Es un vulgar tertuliano que como no sabe, busca llamar la atención. Fue profesor asociado de Ciencia Política, lo que demuestra que la política no tiene nada de ciencia cuando alguien como Pablo Iglesias puede dar clase de esa materia. Comparar a los republicanos que tuvieron que huir de España por ser fieles a su juramento y a un gobierno legítimo, para que no los matasen los vencedores de la guerra civil con un tipo que infringió la ley democrática a sabiendas, que usó dinero público con fines particulares a sabiendas, que vive como un marajá en una mansión de Bruselas, me parece indigno, indecente, inaceptable. Se daría el caso, si fueran casos similares, que Iglesias sería vicepresidente de una dictadura. Aquellos que luchan por el reconocimiento a los perseguidos, a los asesinados tras el golpe de estado del 18 de julio del 36 deberían estar indignados con esa comparación. Todo para buscarse dos o tres votitos en las elecciones catalanas. Una cosa es no criminalizar al independentismo pacífico y democrático (si eso existe), otra bien distinta es apoyar a prófugos caraduras. Entran ganas de vomitar con Pablo Iglesias.