ELOGIO DEL LEVANTE

12 de julio 2013 - 08:04

ANDA todo el mundo de cabeza por estos 15 días de intensa levantera. Horeca, que vive en un eterno lamento, también se ha quejado el levante y de sus repercusiones. La mayoría de los usuarios de las playas están que se suben por las paredes porque no pueden instalarse a vivir en la arena de la Victoria o La Caleta ante el fuerte azote del viento. Los niños metidos en casa sin salir dando la tabarra a los papás. Todo lleno de polvo y en las casas un calor insoportable. Los deportistas quejosos porque no pueden usar la bicicleta o el kayak. Un desastre para todo el mundo menos para los frikis del kite surf y para las empresas instaladoras de molinos de viento. Vale, lo siento, porque a mí me gusta el levante. En primer lugar y muy importante: no me pide nadie ir a la playa dado lo desagradable de la situación y en cambio es cuando a mí me gusta ir: no hay niños molestando con la pelota, no hay marujas jugando al bingo, no hay familias comiendo y echando al suelo los desperdicios. La playa está vacía, como en invierno, pero sin frío. El mar está tempestuoso y salvaje, como si formara parte de la naturaleza y no fuese parte de un resort gratuito. En casa con aire acondicionado y una cocacola se está de gran categoría, que diría Víctor López Soberado. Sin que nadie te moleste, sin visitas indeseadas, sin que llamen a tu puerta a venderte algo o a que te hagas de una secta (yo ya soy del Atleti). Es el único momento del verano que se puede pasear por la playa y el mejor momento para disfrutar de una rica temperatura en tu casa pensando lo chungo que lo tienen que estar pasando los tiesos o los ratas que no quieren invertir en el confort personal. Ya sé que el poniente es más fresquito, que el norte deja el día transparente y que para saber si hay viento del sur hay que mojarse el dedo índice y mostrarlo al viento, como 'Los enteraos'. Y que si Cádiz tiene dos novias yo soy más del levante, de manera especial en verano. Qué maravilla, levantera en Cádiz. Y decían que iba a ser un verano frío. Que vengan alertas amarillas, naranjas o rojas y que se queje Antonio de María. Yo miro windguru, accuweather o escucho a Florenci Rey y doy saltos de alegría cuando anuncian levante. Diario de Cádiz

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