Reyes Magos
Arcadi Espada sobre las elecciones catalanas
FÁBULAS LÁCTEAS Mi liberada: Este viernes me anunciaste que habías decidido votar a una de las candidaturas que propugnan la suspensión de la autonomía catalana por la vía paradójica de la secesión. No fue ninguna sorpresa, como comprenderás. Hace ya años que decidiste convertir tu vida en una ficción y este es un capítulo más, aunque sea el más colorista. Pero aparte de la ficción estratégica que da aire a tus días está también la realidad de las cosas: siempre fuiste una pequeña xenófoba que miraba a los españoles por encima del hombro, con ese lacerante complejo de inferioridad que exhiben los que se creen superiores. Durante años lo mantuviste bajo control relativo. Entre los españoles a los que mirabas por encima estaban los vascos que desplegaban su xenofobia en 9 corto: nunca has sido violenta, más que nada por las incomodidades. Pero en cuanto este proceso, que acabará en procesamiento, te abrió la posibilidad de practicar la xenofobia sonriente, simpática, la xenofobia incluso familiar (esas parejas con sus hijitos en mochila que acuden a desfilar cada septiembre, encuadradas), fue como si un tapón largo tiempo presionante cediese. Siempre fuiste una xenófoba que miraba a los españoles por encima del hombro Vuestra historia, la que os habéis contado de vosotros mismos a vosotros mismos, ha sufrido siempre de esta contradicción central: cómo una gente tan guapa, culta, pacífica, moderna y europea podía padecer del feo, analfabeto, violento, anacrónico y salvaje mal xenófobo. Habéis dedicado mucho tiempo y esfuerzo a disimular. La historia del catalanismo político debe explicarse también como el intento de enmascarar con nobles sentimientos los despreciables sentimientos xenófobos. Durante décadas el catalanismo espolvoreó azúcar para borrar el rastro amargo del original. Y no solo azúcar. Si muchos, muchos, catalanistas se alistaron en la guerra civil al lado de Franco, y no solo eso, sino que también financiaron su guerra, fue para que Franco los protegiera de los pútridos murcianos anarquistas (para resumir) que amenazaban su hogar étnico. Lo quieras o no, mi liberada, y bien sé hasta qué punto esto te duele, la rebelión del general Franco es un capítulo de la historia del catalanismo político y en modo alguno su contradicción. El que luego os hicierais víctimas de la dictadura solo revela la brutal torpeza política del franquismo y la densidad de vuestra doblez. Todo el artículo
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