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Tanguillo por fiesta

RECUERDO no hace muchos años que un coro cerraba su actuación en el teatro con uno de sus componentes marcándose una pataita. Lo veía por televisión, sin sonido, y creí que bailaba por bulerías. Le di voz y me sorprendió escuchar tanguillos. Los había visto bailar de escuela, preciosos, pero nunca así. El tanguillo por fiesta dije. Sé que en el flamenco por fiesta son las bulerías (y también está el cante por siesta) pero nunca había visto el tango de Cádiz así bailado.

Los desplantes me parecieron flamenquísimos, y me pregunté ¿Cómo es que los flamencos no bailan por tanguillos? En verdad hoy es un estilo desterrado del baile, y más aún del baile de hombre. Aunque el aire del zapateado fuera desde siempre el tanguillo los flamencos ya no lo bailan, solo los guitarristas en sus composiciones.

Los pasos y los típicos desplantes derraman la sal de Cádiz. En verdad tiene todos los ingredientes para con ellos construir una excelente coreografía. Pero ahí se quedó, en baile de academia, en precioso folclore. A lo mejor se debe a la corriente dominante del flamenco que quiere ver la esencia en clave seria, y la gracia del tanguillo no cuadra, cuando el flamenco en verdad desprende tanto alegrías como soledades.

Las chuflas gaditanas, que en la primera década del siglo XX se llamaron bulerías, pudieron tener dos vertientes, una en compás ternario, la bulería, y otra en binario, el tanguillo. Animo desde aquí a los buenos bailaores que tiene Cádiz para que lleven los tanguillos al nivel artístico que sólo ellos pueden lograr. Tienen una gracia exquisita y no podemos dejarlos sólo como reliquia.

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