Los pueblos blancos de Cádiz son las grandes joyas de la provincia gaditana. No importa en qué momento decidas recorrer cada uno de ellos, cualquier fecha es ideal para dejarte llevar por los encantos que ofrecen los pueblos de la sierra gaditana. Rodeados de parques naturales como Grazalema y Los Alcornocales, podrás descubrir las maravillas que se esconden en cada uno de sus rincones. Además, existen alojamientos rurales con piscinas infinitas para que puedas refrescarte de la mejor forma y con unas impresionantes vistas que difícilmente podrás olvidar. 

Uno de los pueblos más curiosos y con más encanto lo encontramos en la sierra de Cádiz. Está considerado uno de los más bonitos de España y no nos extraña que sea así. Setenil de las Bodegas es un pueblo fascinante que te dejará impresionado en el primer momento en el recorras sus calles. Este municipio de Cádiz está tallado en una gran roca y destaca por sus calles y casas enclavadas en esta enorme piedra formada gracias a la erosión del río Guadalporcún. 

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Si la morfología del pueblo ya es curiosa, su nombre también lo es. Y es que a lo largo de los siglos intentaron conquistar esta localidad hasta siete veces y de ahí que su nombre en latín sea septem nihil. O lo que es lo mismo, siete veces nada. Desde 1985 está considerado Conjunto Histórico y Bien de Interés Cultural. Lo más fascinante de este lugar es pasear entre sus calles y contemplar el impresionante estampa de cómo el pueblo está enclavado en el corazón de la gran roca. Sus miradores, plazoletas, iglesias, historia y gastronomía son algunas de las maravillas que no podrás perderte durante tu visita. 

A lo largo del recorrido de sus calles podrás fotografiarte en los rincones con más encanto de este pueblo. Así podrás descubrir una ruta muy romántica que parte desde las escaleras del Carmen. Una vez que subas unos 95 escalones podrás descubrir un mirador de ensueño para ver el cañón erosionado por el río. También encontrarás los famosos azulejos donde las parejas se toman románticas fotografías con frases como "Hagamos juntos el camino".

Una de las calles de Setenil de las Bodegas

El recorrido de esta peculiar ruta de selfies sigue en la la calle Jabonería ("Susúrrame al oído"), en la calle Mina ("Andábamos para encontrarnos") y el más fotografiado de todos, en la calle Herrería ("Bésame en este rincón"). Durante tu visita no podrás perderte la parte alta de Setenil para observar sus casas bajo las rocas. Tampoco sus impresionantes miradores como el Lizón, el mirador del Carmen y el de Evelyn.