Villaluenga del Rosario, uno de los pueblos mágicos de Cádiz, atesora la Plaza de Toros más antigua de la provincia de Cádiz. Aunque no haya documentación escrita acerca de su construcción, debido a que los archivos municipales salieron ardiendo en 1936, se conoce que es la más vieja de la provincia y que data del siglo XVIII.

La Plaza de Toros, en la calle Moreno de Mora a los pies de la Sierra del Caíllo, está construida sobre roca en piedra seca y presenta una forma prácticamente octogonal. De hecho, es la única plaza de Cádiz que no es redonda ya que tiene forma de trapecio y ofrece una vista rectangular. Gracias al impresionante paisaje natural que la rodea y a su diseño representa uno de los más bellos enclaves taurinos de España.

Se dice que la Plaza de Toros cuenta con el aforo más grande del mundo (3.500 personas) y, esto se debe, porque su coso, debido a la situación en la localidad, a los pies de la sierra del Caíllo, se puede contemplar desde lo alto de este enclave sin necesidad de acceder a la Plaza. La antigüedad y la sencillez de la edificación la hacen especial. Los burladeros son muy originales porque están incrustados en el muro y entre los tendidos aparecen rocas como si intentara fusionarse con la montaña.

Por aquí han pasado grandes figuras del toreo, tales como Cayetano Ordóñez apodado como el Niño de la Palma, Venturita, Paco Ojeda, Álvaro Domecq, Jesulín de Ubrique, Ortega Cano, Javier Conde, Finito de Córdoba y Manuel Díaz El Cordobés, entre otras figuras taurinas.